Radigales y Villar Rojas, el barro y la paja

Enrique Radigales y Adrián Villar Rojas. El barro y la paja Enrique Radigales y Adrián Villar Rojas. El barro y la paja

El aragonés y el argentino presentan en La Casa Encendida un proyecto conjunto sobre los nuevos espacios de trabajo de los artistas actuales


Madrid, 05/07/2013



“En Casa: El barro y la paja”

LA CASA ENCENDIDA
Ronda de Valencia, 2
28012 Madrid
Del 19 de junio al 1 de septiembre de 2013
De lunes a domingo, de 10:00 a 22:00 horas

Enrique Radrigales y Adrián Villar Rojas se unen al programa “En Casa”, desarrollado por La Casa Encendida bajo el comisariado de Luisa Fuentes con la finalidad de poner en contacto a artistas españoles y latinoamericanos, sedimentar un tejido cultural iberoamericano y desarrollar nuevas formas de colaboración creativas basadas en un diálogo autónomo. Con anterioridad se han sumado a “En Casa” Andrés Jaque y Federico Herrero y Pia Camil y Guillermo Mora.

El zaragozano Enrique Radigales ha basado su producción en investigaciones sobre la deslocalización del observador frente a la naturaleza y sus trabajos nos ofrecen expediciones por topografías virtuales o reales. Son muy numerosos los centros internacionales donde ya ha mostrado su trabajo (Matadero, The Goma Gallery, La Capella de Barcelona, el Instituto Cervantes de Burdeos, la Galería Baró-Cruz de Sao Paulo…). Por su parte, Villar Rojas, argentino nacido en Rosario en 1980, ha convertido en el centro de su obra el estudio de las simbologías relacionadas con la cultura contemporánea. Recientemente ha expuesto en el MoMA PS1 de Nueva York y, con anterioridad, en la Documenta de Kassel, la Bienal del Fin del Mundo de Ushuaia, la Galería mexicana Kurimanzutto, el MAMBA de Buenos Aires o la 54ª Bienal de Venecia.

Enrique Radigales y Adrián Villar Rojas. El barro y la paja

Enrique Radigales y Adrián Villar Rojas. El barro y la paja

El trabajo que ambos presentan hasta septiembre en La Casa Encendida lleva por nombre “El barro y la paja” y supone una reflexión sobre la formación de nuevos espacios de trabajo en las prácticas artísticas actuales que van más allá de los escenarios convencionales de socialización y producción.

Para la puesta en marcha del proyecto, ambos se alejaron intencionadamente de la tecnología, viajaron al campo oscense, a un terreno de cultivo en Pericastó (un entorno bautizado por Radigales como el anti-taller), cuestionando el orden de prioridades que establecemos fruto de la sofisticación digital y forzando los límites de la relación entre artista y taller. Buscaban, en sus palabras, acabar con esa idea mágica y mística del artista asceta.

En un terreno de dos hectáreas de secano y de difícil acceso, ambos comenzaron documentando la zona con fotografías digitales y vídeo para, más adelante, iniciar una micro-taxonomía del lugar. El resultado son varias impresiones digitales y tres fotografías de gran formato que enlazan con el proceso de formalización de la serie de Radigales “Souvenirs” y que miden el paisaje en píxeles: el 70 % de la superficie de cebada ha quedado traducida a más de dos millones de píxeles, según ha explicado el zaragozano.

El proceso ha seguido dos pasos: trasladar digitalmente una porción de campo hasta La Casa Encendida reduciéndolo a su paleta cromática y convertir en ruina un paisaje ya digital llevando a la papelera de un ordenador, y después recuperando, imágenes que documentaban aquel territorio.

Radigales propuso el escenario, que ya conocía, y Villar Rojas, sumó una tercera persona a la iniciativa: el ingeniero César Martins, con el que el argentino ha colaborado con anterioridad. Martins documentó cámara en mano la labor desarrollada por su compañero. Esa cámara forma parte de la muestra y el espectador puede desplazarla dentro de la Casa, visionar su contenido en la suya. También podrá formar parte improvisada de la programación audiovisual del centro.

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