Promoción del Arte presentó ayer en Tabacalera las tres primeras exposiciones que inaugura este año en Lavapiés, en el mismo día en que hemos sabido que la coleccionista Ella Fontanals-Cisneros daba por rotas las negociaciones con el Gobierno español para que este centro madrileño albergara su colección (una donación de 400 obras) bajo la denominación de Museo de Arte Contemporáneo de las Américas.
Ocupa La Principal “Tout va bien”, la primera individual madrileña de Joan Rabascall: un compendio de casi 180 obras creadas desde mediados de los sesenta hasta hoy entre las que no falta una nueva versión del trabajo de 1991 Monumento a la Televisión después de la catástrofe, tercer capítulo de la serie Monumento a la Televisión, ni la serigrafía que da título a la muestra, Tout va bien: la apropiación por el artista de una página del diario Le Monde donde se anunciaba el estreno de la película homónima de Jean-Luc Godard (1972).
Crítica e ironía han sido siempre las bases del lenguaje de Rabascall, y en esta propuesta, comisariada por Berta Sichel, se subraya cómo ha enfocado sus reflexiones en las distintas crisis atravesadas por los sistemas capitalistas desde mediados del siglo pasado y en el rol de los medios de comunicación, sobre todo a la hora de transmitir mensajes de alegría banal que soslayan los grandes males de nuestro tiempo y contribuyen al gregarismo y la desactivación del pensamiento y la duda, imperio de la imagen mediante.
Rabascall fue uno de los primeros creadores en retorcer los lenguajes visuales y publicitarios, sobre todo el de la televisión, para emplearlos a la hora de crear arte y de incentivar esas reflexiones que lo audiovisual no suele promover. La antes llamada caja tonta es, justamente, el centro de muchas de estas piezas ahora expuestas en Tabacalera: constituye el gran icono de la producción de Rabascall, el eje de buena parte de sus series y el elemento omnipresente en su personal colección de exvotos, que puebla las estanterías de su estudio de París.
Es precisamente en la capital francesa, en la que reside desde 1962, donde Rabascall ha llevado a cabo toda su obra. Pero nunca dejó de mirar a España: en Tabacalera también veremos Elecciones Show, instalación formada por proyecciones de estampas sociales y culturales de la Transición, o la serie Costa Brava, en la que realizó una incipiente crítica al turismo como factor transformador del paisaje natural.
El proyecto que nos aguarda en La Fragua es “Technical Images”, el fruto de una residencia de Almudena Lobera en el centro Tokyo Arts & Space durante el otoño de 2018. La artista se ha inspirado en la arquitectura y la cultura japonesas para reflexionar sobre la convivencia entre tradiciones y nuevas tecnologías, sobre los efectos de la digitalización en la sociedad y el impacto de la transmisión de imágenes por los canales del pasado y los actuales.
Se sirve de tres lenguajes (el inglés como lengua franca en Occidente, el japonés y los códigos informáticos) y de su transmisión a través de distintos medios para realizar transferencias entre acciones analógicas y digitales (en un doble sentido) y reflexionar sobre la percepción de mensajes en unos y otros soportes, tomando como fuente de inspiración las ideas recogidas en El universo de las imágenes técnicas de Vilém Flusser. Enlaza así nuestra herencia cultural y musical con los códigos informáticos y nuestra contemporaneidad digitalizada, un pasado y un presente quizá especialmente interconectados en el contexto nipón. La comisaria de la muestra de Lobera es Marta Ramos-Yzquierdo.
Y la tercera exposición que ya podemos visitar en Tabacalera, en su sección Estudios, es “Mujeres fotógrafas. Una historia contada a medias”, una colectiva que reúne cerca de cincuenta trabajos fotográficos y audiovisuales de varias artistas españolas, o asentadas en nuestro país, de diversas generaciones: se trata de Esther Ferrer, Eva Lootz, Carmen Calvo, Isabel Muñoz, Ouka Leele, Vicky Méndiz, Carla Andrade, Bego Antón y Lua Ribeira.
El propósito de esta exhibición, comisariada por Antonio Molina-Vázquez y Susana Blas, no ha sido solo reivindicar las aportaciones de las mujeres creadoras al universo de la imagen en las últimas décadas, sino llamar la atención de todos sobre el hecho de que la mirada femenina, como la masculina, también puede ser universal y ofrecer una visión global del mundo, más allá de géneros.
Las obras seleccionadas analizan asuntos vinculados a la situación de las artistas españolas, a los procesos fotográficos o a las formas de representar lo femenino. El objetivo a la hora de escogerlas, según los comisarios, ha sido que el recorrido planteara un recorrido histórico contando con autoras, como decíamos, de generaciones diversas; que las imágenes ofrecieran visiones originales o inéditas del hecho fotográfico y que en todas ellas tuviera relevancia el cuerpo de la mujer. Abundan las deconstrucciones del retrato y también el reflejo de una subjetividad que, paradójicamente o no, trasciende lo individual.
Las fotografías y audiovisuales que integran “Mujeres fotógrafas. Una historia contada a medias” se han instalado, además, en los lavabos masculinos de la fábrica de tabacos, coincidencia que llama a repensar las vías de las mujeres artistas para ocupar espacios antes vedados.
De Ferrer veremos autorretratos fragmentados, que llaman la atención sobre lo cambiante de la propia identidad; en la serie presentada por Lootz los trenzados de pan sustituyen a los tocados en el peinado femenino, con implicaciones políticas; Carmen Calvo trabaja a partir de retratos antiguos, a los que incorpora elementos pictóricos o escultóricos para acentuar la turbación ya presente en ellos; Muñoz, que pasó hace no mucho por Tabacalera con una individual, enlaza lo ancestral y los cuerpos nuevos haciendo de lo físico talismán y Ouka Leele ha iluminado retratos populares empleando técnicas diversas, haciendo vibrante lo que podría parecer vulgar.
Por su parte, Vicky Méndiz mostrará Extraños en el Paraíso, serie nacida de encuentros fortuitos con sus retratadas, que hablan de extranjería adoptando gestos propios; Carla Andrade concede protagonismo a mujeres del pasado que vivieron o trabajaron en el mar, Bego Antón hace lo propio con las brujas torturadas por sus sabidurías alternativas y Lua Ribeira exhibe imágenes de una feminidad libre y ajena ya a domesticaciones.
Joan Rabascall. “Tout va bien”
Almudena Lobera. “Technical Images”
“Mujeres fotógrafas. Una historia contada a medias”
TABACALERA. PROMOCIÓN DEL ARTE
c/ Embajadores, 51
Madrid
Del 7 de febrero al 12 de abril de 2020
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: