Probablemente ningún otro artista represente las esencias de la vibrante escena neoyorquina de los ochenta como Jean-Michel Basquiat. Nacido en esa ciudad en 1960, se escapó de casa a los 17 años para abrirse camino primero como grafitero y, en ocasiones, viviendo en la calle. Pero no pasó mucho tiempo antes de su meteórico ascenso y de su inspiradora amistad con Andy Warhol: sus pinturas pronto tuvieron una demanda extremadamente alta y, en 1982, ya se había convertido en el participante más joven en Documenta 7 y en el primer artista de fama mundial con raíces afroamericanas y caribeñas. El éxito fulgurante acabó con su muerte en 1988.
Su obra no ha perdido vigencia y hoy continúan examinándose su herencia africana y las problemáticas sociales que aborda, comenzando por el racismo.
La Albertina vienesa acoge, hasta el 8 de enero de 2023, la primera retrospectiva completa de este autor en un museo de Austria, con medio centenar de imágenes procedentes de colecciones públicas y privadas.

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