Se preguntaba Roland Barthes, en su muy influyente texto Fragmentos de un discurso amoroso y hablando precisamente de ese sentimiento, ¿cómo evaluar la viabilidad? ¿por qué lo que es viable es un Bien? ¿por qué durar es mejor que arder?
Esa cita del filósofo francés, figura de referencia habitual para el artista murciano Javier Pividal, da título a su actual muestra en la Sala Verónicas, un proyecto específico que reúne trabajos de la última década y que nos propone prestar atención a su tratamiento del lenguaje y del cuerpo, de las relaciones y posibilidades expresivas de imágenes y textos, desde lecturas nuevas, extrapolando a lo creativo aquel durar y arder barthesiano.
Son una decena las obras expuestas en una exposición que tuvo su prolegómeno en “Durarder”, su muestra en la Galería Art Nueve hace casi dos años, y que Pividal entiende como un cierre de ciclo en su carrera. Encontramos construcciones geométricas semejantes a las tradicionales celosías que trazan caligrafías en el aire, plomo y ceniza que tejen textos en el suelo del antiguo templo o una lluvia de lágrimas, poética y sencilla, frente al ábside. Junto a ellas, piezas realizadas en madera, flores secas o cobre, fotografías intervenidas, esculturas que destacan por su fragilidad aparente y su sutilidad o sus escrituras en blanco dan lugar a una visión circular de las inquietudes creativas del autor y a contrastes brillantes entre materiales ricos y pulidos y otros que, como la mencionada ceniza, evocan muerte y no riqueza.
Aprovechando las posibilidades de este espacio sin esconder sus peculiaridades, propone Pividal un recorrido de dualidades por lo suave y atractivo al tacto y por formas hostiles por afiladas, por vacíos confrontados a alfabetos expandidos. Completan el conjunto retratos de personajes de películas de Pasolini, como Teorema o El Evangelio según San Mateo. Pertenecen a la serie cuerpo/palabra y el artista los ha convertido en emblemas de piedad, tristeza, misterio, desgarro o esperanza.
Hablando de Barthes, era también él quien afirmaba que, en lo relativo a los medios de comunicación de masas, no resulta tan válido el manido dicho de que una imagen vale más que mil palabras porque estas forman parte integrante de muchas fotografías y vídeos y porque nuestra cultura continúa basándose en la escritura, que controla, guía y completa el sentido de esas imágenes evitando que el espectador las interprete desde un completo libre albedrío.
Leyendo y releyendo esas aportaciones de este pensador, Pividal viene explorando desde hace años hasta qué punto pueden generar las palabras sensaciones físicas, y de esta muestra forma parte écrire en blanc, un proyecto en el que tomaba como punto de referencia expresiones bien comunes y repetidas sobre lo sensible y lo afectivo para descontextualizarlas y llevarlas a tipografías que nos impiden prácticamente leerlas. Lo manido hecho vacío, espacio donde quizá sí puedan aparecer las emociones.
En Or la cendre, también ahora en Verónicas, tomó como punto de partida el libro de Derrida Feu la cendre para elaborar un gran mural textual con piezas ejecutadas en cobre, ceniza o papel que hablan, también desde la depuración, de la memoria, el paso del tiempo, la intimidad y la poesía.
Más que hablar de fisicidades, sus letras se transforman en cuerpos, ganan formas vitales.
“Por qué durar es mejor que arder?. Javier Pividal”
c/ Verónicas, 4
Murcia
Del 16 de febrero al 15 de abril de 2018
