Pollock y los irascibles

Jackson Pollock. Number 27, 1950

El Palazzo Reale examina en una amplia muestra los orígenes de la Escuela de Nueva York

Bajo el comisariado de E. Carter Foster y Luca Beatrice, esta exhibición busca ofrecer una visión global de los propósitos artísticos de los miembros de la Escuela de Nueva York, capaces de reinterpretar el lienzo y convertirlo en un espacio para la libertad de acción y pensamiento.

Tras la polémica exposición del Metropolitan, que levantó airadas críticas hacia el rumbo del museo en la prensa, la revista Life publicó en 1951 un retrato de los quince “irascibles”: Willem de Kooning, Pollock, Mark Rothko, Barnett Newman e Robert Motherwell, Adolph Gottlieb, William Baziotes, James Brooks, Bradley Walker Tomlin, Jimmy Ernst, Ad Reinhardt, Richard Pousette-Dart, Theodoros Stamos, Clyfford Still y Hedda Sterne, única mujer del grupo. La protagonista indiscutible de aquella mítica exhibición fue la obra de Pollock Number 27, por su delicadeza y fragilidad y por su extraordinario tamaño: cerca de tres metros de largo.

Barnett Newman. The promise, 1949

La muestra que ahora se presenta en Milán consta de 49 obras maestras fechadas entre los treinta y los sesenta procedentes del Whitney Museum neoyorquino y abre un otoño americano en lo expositivo en esa ciudad italiana.

Pollock se formó en la Manual Arts High School de Los Ángeles y estudió con el pintor muralista Thomas Hart Benton en la Art Students League. En 1935 logró salir de su precariedad anterior al ser contratado por la Works Progress Administration como asistente de pintura mural y un año después participó en un taller de David Alfaro Siqueiros en el que pudo experimentar con el aerógrafo o las pistolas de pintura y el uso de lacas y otras pinturas sintéticas e industriales.

En 1938 comenzó a recibir el primero de los muchos tratamientos psiquiátricos para intentar superar sus problemas de alcoholismo. Los analistas junguianos que le trataron hasta 1941 usaron sus dibujos para el proceso terapéutico. En ellos Pollock exploró de manera obsesiva a su subconsciente, en un estilo próximo a Picasso, Orozco o Miró. Peggy Guggenheim visitó su taller, y al poco tiempo celebró una exposición individual con sus obras en la galería Art of this Century y le encargó un mural para su casa. Su nueva situación económica, ya desde mediados de los cuarenta, permitió a Pollock comprar una casa de campo en The Springs, en East Hampton, y transformar un pajar en su estudio. Fue la época más prolífica del artista, que en 1946 comenzó a trabajar con sus lienzos colocados en el suelo, sobre los que lanzaba chorros de pintura, arena y otros elementos que otorgaban textura al lienzo.

Willem de Kooning. Landscape, Abstract, hacia 1949

Las exposiciones de los siguientes años en la galería de Peggy Guggenheim, a las que siguieron otras en la Betty Parsons Gallery, su marchante desde 1948, le consolidaron como una de las grandes figuras del arte americano. En 1956 murió, casi como una estrella del rock, al estrellarse su coche contra un árbol cerca de su casa en The Springs.