Crítico por un día
Nunca antes ARCO había estado tan escrutada por el público.
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Tampoco era habitual que los no doctos comentaran el discurrir de la feria, previamente “informados” por los “noticieros”. Ahora se escuchaban las voces cómplices que veían en el arte la “Balsa de la Medusa” que quedaba tras la debacle económica. Valor refugio. El arte es la esperanza, para no agotar los recursos de la ilusión. El arte más allá de lo artístico, o por debajo de ello. La cosificación del fenómeno estético. Pero podemos ir más allá. ARCO, a pesar su calidad de feria y por tanto de mercado, nos ofreció algo que trasciende esa inseparable función mercantil. La vuelta a la plasticidad, el recurso de la imagen totalizadora. Fotografía y pintura por encima de otros medios, lo que supone la vuelta al cuadro, o parafraseando a Stoichita “La Reinvención del Cuadro”. La “nueva plástica” reclama la supremacía de la obra pictórica, una vuelta de tuerca en detrimento de otros medios. Figuración, abstracción o cualquier nueva etiqueta que queramos aportar. El resultado ha sido una exposición (para no utilizar la palabra feria, que tan circense resulta) en la que los galeristas han utilizado un recurso de apuesta segura, que podría no haberlo sido tanto. Lo que se mostró, gustóy mucho. Si algo vino a demostrar esta feria es que asistimos a un renacer de la pintura en el arte contemporáneo en el que no escasean los recursos. Nuevos artistas, nuevas propuestas y la sensación (y me permito el apelativo) de un espíritu artístico que no se agota. Y como en el arte siempre partimos de interrogantes, ¿se trata de un movimiento teledirigido y circunstancial, o asistimos a un nuevo cambio de rumbo?
Sonia Cabrera
Art Development Worker