Pixartprinting, coloreando el pasado

Nuevas firmas reviven la práctica del coloreado de fotografías

Madrid,
Pixartprinting
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Mantenemos, y probablemente sea por mucho tiempo, nuestro gusto por la expresividad de la fotografía en blanco y negro, pero en paralelo nuevas firmas están recuperando aquella técnica del coloreado de imágenes que todos hemos podido conocer en los álbumes de nuestros abuelos, y quizá de antepasados más lejanos, porque esta práctica cuenta con cerca de 175 años de historia y siempre ha tenido partidarios y detractores enérgicos.

Los últimos opinaban que el coloreado iba en contra de la identidad verdadera de la fotografía y que no requería ni imaginación ni talento.

Si viajamos en el tiempo, fue en 1839 cuando el pintor y grabador suizo Johann Baptist Isenring comenzó a colorear a mano varias fotografías mediante un proceso en el que la imagen se calcaba en una superficie transparente. Así se creaba una plantilla para cada color: se vertían pigmentos y goma árabe en el daguerrotipo y se aplicaban a la imagen mediante calor. Tres años después de la publicación del primer daguerrotipo, Benjamin R. Stevens y Lemuel Morse, ambos de Massachusetts, recibieron la primera patente americana por su técnica de coloreado manual. Hay que subrayar que no buscaban crear arte. Sólo conseguir un mayor realismo.

Como en aquel tiempo la fotografía aún resultaba poco asequible y quedaba fuera del alcance del público general, la adquisición de fotos coloreadas pronto se convirtió en un símbolo de poder y los daguerrotipos coloreados se transformaron en objetos de deseo sólo al alcance de algunos afortunados.

Se empleaban técnicas como el coloreado manual (aplicado en la capa más externa de la fotografía para evitar ocultar la base) y el sobrecoloreado (para cubrir la fotografía original por completo), con las que se eliminaban elementos no deseados en las imágenes y se mejoraba la realidad que mostraban.

La primera fotografía en color no manual llegó en 1861, de la mano del escocés James Clerk Maxwell, pero su trabajo cayó en el olvido durante tres décadas. En paralelo, la técnica del coloreado manual continuó creciendo en Japón y ya en 1860 se inventó y difundió el ferrotipo, que puso la fotografía al alcance de un público amplio.

La técnica del coloreado vivió su etapa dorada entre 1900 y 1940, pero sólo un par de décadas después había caído en desuso: en los 60, las fotografías coloreadas a mano se vendían como antigüedades curiosas a un público minoritario y aunque en los setenta la técnica volvería a ser tendencia, ya nada sería igual.

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