Ocho de los casi 60 metros de mural arqueológico que afloró bajo las obras del mercado de Barceló (Madrid) en la primavera pasada serán exhibidos al aire libre en un lugar cercano a la calle de Mejía Lequerica, su enclave, para no alejarlo de su lugar natural y para el disfrute de la ciudadanía.
Proximamente, las piezas del acueducto salvadas serán seccionadas con hilo de diamante y, tras ser numeradas, irán a un almacén municipal donde permanecerán hasta su esperada reintegración en un lugar cercano.
El grueso del mural restante, de ladrillo y mampuesto, con arcos al modo de un puente de 2,50 metros de grupa y una antigüedad aproximada de entre cuatro y cinco siglos, ha sido demolido.
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