Iñigo Arregi. Gustavo Diaz Sosa
El escultor de Mondragón muestra sus últimas piezas en la Galería Víctor Lope de Barcelona
Considerado heredero de la escultura vasca de postguerra y de la obra de Jorge Oteiza, al que el propio artista reconoce como su principal influencia, Iñigo Arregi presenta, hasta el 17 de julio en Víctor Lope Arte Contemporáneo (Barcelona), sus trabajos más recientes.
Se formó en un principio como maestro industrial, pero paralelamente se preocupó por desarrollar un lenguaje plástico propio, primero en el ámbito pictórico y después en esculturas en madera de resonancias totémicas, en mobiliario y en objetos de diseño. Sus últimas obras se componen de estructuras entrelazadas o facetadas cerradas mediante encajes con volúmenes muy trabajados que parecen luchar contra el vacío.
Iñigo Arregi. Gustavo Diaz Sosa
Desde su primera exposición hace ahora cuarenta años, Arregi ha participado en numerosas muestras nacionales e internacionales dejando en cada una de ellas la impronta de la tradición escultórica vasca plasmada en sus trabajos sobrios, de base arquitectónica, líneas regulares y planos encajados no soldados basados en la superposición de capas y materiales como el acero, la madera o el cartón, cuyas cualidades el artista trata de potenciar.
En paralelo a la muestra, la galería Víctor Lope Arte Contemporáneo ha editado un catálogo con obras inéditas de Arregi, algunas presentes en la exposición y otras custodiadas en colecciones privadas.