Imaginez vous dansez dans une salle pleine où personne, personne, ne vous regarde. Faites tous les mouvements du monde, car personne ne vous voit.
Concierto a concierto, Zaho de Sagazan inicia su última canción pidiendo al público que se mueva como si nadie lo viera, olvidando la mirada ajena para que su danza sea libre, y liberadora. No tiene nada de procedimiento nuevo (los griegos contemplaban ya esta disciplina como vehículo para la conexión con los dioses y para la purificación), sino de rito atemporal que trasciende culturas y, más recientemente, subculturas.
Esos efectos sostienen en buena medida Sirat, la última película de Oliver Laxe, que acaba de convertirse en precandidata a los Óscar en cinco categorías, y también la instalación que este cineasta presenta ahora en el Espacio 1 del Museo Reina Sofía, que estrena programación dedicada a creadores que experimentan con el cine de exposición y que investigan, de manera abierta y no conclusiva, de qué modo se han alimentado mutuamente el arte y la gran pantalla.
Laxe se formó en Publicidad y Relaciones Públicas, pero ya siendo estudiante comenzó a realizar sus primeras instalaciones, y ha manifestado hoy su relación estrecha con las artes desde sus inicios: su voluntad por trabajar desde el espacio, por trasladar éste a la imagen y por ofrecer al cuerpo sensaciones tiene mucho que ver con lo plástico.

HU/هُوَ. Bailad como si nadie os viera, que así se llama la pieza que ofrece en el MNCARS, bajo el comisariado de Chema González y Julia Morandeira, es una obra con autonomía propia, pero del todo ligada a Sirat, en la que recurre Laxe a un tratamiento radical del entorno del espectador, al gesto contundente pero sobrio y a la incorporación de la oscuridad para favorecer la sugerencia del misterio y el sobrecogimiento. Propone, en último término, un ejercicio de sinestesia: sonido, espacio e imagen convergen para suscitar una experiencia, alejada de las formas literales, que se espera compleja e individual.
El trabajo videográfico es antecedido, en una sala oscura, por una pirámide de altavoces que remite al mundo de las raves en el que se sumerge Luis (Sergio López), en Sirat, para buscar a su hija desaparecida. En esa penumbra, esta pirámide adquiere el rol de tótem y emite una vibración constante y uniforme que se intuye ya en el claustro del Reina Sofía; esta estancia previa adopta aquí el rol de preparar los sentidos del visitante de cara a la instalación en sí.
En HU/هُوَ asistimos, finalmente, a la triple proyección en bucle, durante cerca de un cuarto de hora, de una parte de la danza de tres de los individuos heridos que exponen su vida en Sirat y encuentran una mezcla de paz y tortura catártica bailando en el desierto, así como de imágenes que Laxe filmó hace una década en Irán, en antiguas arquitecturas religiosas; su geometría y proporciones se vincula a lo sagrado, del mismo modo que el movimiento libre en el escenario sublime de las zonas más yermas de Marruecos implica en el film, y para sus personajes, una dimensión trascendental surgida en las zonas grises entre la celebración y la amargura. En el museo, por cierto, ha vuelto a encargarse del sonido, de darle cuerpo, Kangding Ray (David Letellier), sonidista en la película.


No tiene la instalación carácter narrativo (por lo que los espectadores podrán incorporarse en cualquier momento de la proyección), y carece igualmente de símbolos explícitos que apunten a lecturas cerradas de ningún tipo: creyente en la ambigüedad, este cineasta nacido en París y de orígenes gallegos ha optado por valerse de la abstracción sensorial. Es su modo de no intelectualizar demasiado este proyecto -según ha declarado, para que no nazca muerto y para conceder espacio al inconsciente-. La obra, ha señalado, empieza hoy.
Antecederá otras en las que -apunta- continuará arriesgándose (El público quiere que el artista muera antes de morir) e intentará mantener su gesto artístico sin engañarse. Sabiendo que no hay nada peor para un director que no ser entendido, pero también que generar incomodidad es señal de que la película ha germinado emociones, ha funcionado.

Oliver Laxe. “HU هُوَ. Bailad como si nadie os viera”
MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS
C/ Santa Isabel, 52
Madrid
Del 17 de diciembre de 2025 al 20 de abril de 2026
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