Recala en el Museo Guggenheim Bilbao la muestra que repasa la obra temprana y revolucionaria del artista sueco
“Claes Oldenburg: los años sesenta”
MUSEO GUGGENHEIM BILBAO
Avenida Abandoibarra, 2
48001 Bilbao
Del 30 de octubre de 2012 al 17 de febrero de 2013
De martes a domingo, de 10:00 a 10:00 horas
Del 30 de octubre de 2012 al 17 de febrero de 2013, en el Museo Guggenheim Bilbao
Comisario: Achim Hochdörfer
Organizan: Museum moderner Kunst Stiftung Ludwig Wien y Museo Guggenheim Bilbao
Profundas y divertidas, las peculiares representaciones de objetos cotidianos de Claes Oldenburg han alcanzado celebridad internacional desde los inicios de la trayectoria del artista de Estocolmo a mediados de la década de los cincuenta. Autor de performances e instalaciones que elevaron el arte pop a su cumbre lúdica, desarrolló también junto a Coosje van Bruggen proyectos públicos de enorme envergadura, aunque el conjunto de su producción tiene como nexo común la reflexión, llena de crítica y humor, sobre el objeto industrial y sobre los artículos de consumo, sobre sus transformaciones en forma y medios, su valor como símbolo del capitalismo y como transmisor de la cultura de un instante, pero también de nuestras obsesiones y deseos.
Tras itinerar por diversos museos internacionales, hoy abre al público en el Guggenheim bilbaíno “Claes Oldenburg: los años sesenta”, la mayor exhibición dedicada nunca a la obra temprana de este creador. Llega a España con el patrocinio de la Fundación BBVA e incluye algunos de sus piezas más emblemáticas, comenzando por la instalación La Calle (1960) y sus representaciones estilo grafiti de la vida moderna en la gran ciudad, y siguiendo por los artículos de consumo de La Tienda (1961–62) y los espectaculares objetos cotidianos del “hogar moderno”. Muchas de estas obras es probable que no vuelvan a exhibirse, dada su fragilidad, al finalizar la gira de esta muestra, a la que aún quedan dos paradas tras la capital vizcaína: Nueva York y Minneapolis.
La exposición también incluye los primeros diseños de Oldenburg, que representan enormes monumentos de objetos de consumo destinados a espacios públicos, y concluye con el Museo Ratón (Mouse Museum), propiedad del Museum moderner Kunst Stiftung Ludwig Wien, un museo en miniatura al que se puede entrar y que tiene la forma de un ratón geométrico. Para este Museo Ratón, Oldenburg ha reunido 385 objetos desde finales de los cincuenta. En declaraciones a El Cultural, el sueco se refiere así a este trabajo: Lo puedes mirar de distintas formas: puedes pensar que es una burla al museo o tomarlo muy en serio, pensando que son cosas que merece la pena ver. Lo puedes ver como algo muy pequeño o algo muy grande.
Oldenburg no se ha resistido hoy a aconsejar a los visitantes de la muestra que acudan a ella usando la imaginación y que entiendan sus trabajos nada más y nada menos que como locuras creativas. Como novedad, ha aportado a la muestra fotografías, bocetos y películas de súper 8 de su archivo personal que nunca antes se habían expuesto para explicar cómo ocurre su proceso creativo y exhibir su participación personal en numerosas performances.