Fundación MAPFRE abre al público la primera exposición monográfica del pintor en España
“Odilon Redon”
FUNDACIÓN MAPFRE. Salas Recoletos
Paseo de Recoletos, 23
28004 Madrid
Del 11 de febrero al 29 de abril de 2012
Lunes, de 14:00 a 20:00 horas
De martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas
Domingos y festivos, de 11:00 a 19:00 horas
Mañana abrirá sus puertas al público en las Salas Recoletos de la Fundación MAPFRE la primera gran muestra monográfica en nuestro país de Odilon Redon, pintor galo contemporáneo a los Impresionistas que, en una época de hegemonía del naturalismo, dedicó su obra a dar traducción visual al subconsciente; en sus palabras, a hacer vivir humanamente a criaturas inverosímiles, a dar carta de verosimilitud a lo imposible.
Manteniéndose al margen de las tendencias dominantes, aunque bebiendo del Simbolismo y de la obra literaria de Poe y Baudelaire, fue y es una celebridad y nadie duda de su labor de pionero en la gestación del arte moderno; sin embargo, hablamos de uno de los artistas más desconocidos del cambio de siglo.
La exhibición, que ocupa la planta baja e inferior de las salas Recoletos y ha sido comisariada por Rodolphe Rapetti, establece un recorrido cronológico que parte de sus comienzos como grabador tutelado por Bresdin. A partir de ellos, y analizando sus Negros, sus escenas simbolistas o mitológicas y sus grandes decorados, el público podrá deleitarse en el camino emprendido por Redon desde la sombra a la claridad a través de ciento setenta piezas, entre óleos, grabados, dibujos, bocetos para trabajos textiles y paneles decorativos. El montaje de las obras ha sido calificado por Guy Cogeval, Presidente del Musée d´Orsay y del Musée de l´ Orangerie, como el más bello que haya visto en su vida en muestra dedicada a este artista.
De Orsay proceden precisamente un centenar de las piezas de la muestra, que también cuenta con cesiones del Gemeentemuseum, el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum o el Museo de Bellas Artes de Burdeos. La exposición arranca con sus primeros estudios del natural, sobre todo paisajes del sur de Francia; a continuación explora el mundo interior de Redon en los carboncillos y litografías que él bautizaba como sus Negros (en algunos de ellos rindió tributo a Goya) , incide en la entrada en su obra de la luz y el color a través de la quincena de paneles ornamentales que elaboró para el Châteaux de Domecy y en su obsesión por la imaginación y el mundo interior visible en su serie Ojos cerrados y finaliza con los lienzos, dibujos y pasteles de su última época, entre los que cabe subrayar Ofelia con capa azul, La rama florecida o El carro de Apolo, así como un retrato inédito en sanguina fechado poco antes de la muerte de Redon.
La vocación por la pintura del de Burdeos no fue temprana: llegó en los años finales del Romanticismo; de 1879 data su primer álbum de litografías, titulado En el sueño, que le valió celebridad en los círculos literarios de París. Innegablemente originales, los trabajos que lo componen se inspiran en antiguos dibujos y carboncillos de aire fuertemente onírico. Estas obras le confirieron en su momento mayor notoriedad que la pintura.
Algunas de sus imágenes rozan lo macabro al presentar seres deformes sumergidos en paisajes lacustres y envueltos en claroscuros que recuerdan a Rembrandt. Esferas, ojos, cabezas cortadas, seres microscópicos, ángeles caídos o soles negros se remiten de forma obsesiva en sus imágenes, que oscilan entre lo religioso y lo extraño.
En la década de 1880, Los Negros viven su apogeo y protagonizan dos exposiciones en la capital francesa, pero fue la serie de litografías Homenaje a Goya (1885) la que terminó de consolidar a Redon como gran figura de lo fantástico. En 1886 participó en la mítica exposición de Los XX y gana fama en Bélgica e internacionalmente, tendencia que no hará sino aumentar en los noventa.
Desde 1893, Ambroise Vollard le compró obra regularmente y en 1894 se organizó su primera retrospectiva en la galería Durand-Rouel, muestra que precedió otras tanto en Europa como en Rusia y Estados Unidos. Esta época coincide con su creciente participación en los círculos ocultistas parisinos y con la realización de su decoración para el Châteaux Domecy de Sermizelles, que marca el inicio de una nueva relación de Redon con el color y el espacio.
Entrado ya el siglo XX, ejecutaría también la decoración de la biblioteca de la Abadía de Fontfroide y se convertitía en precursor del grupo de los Nabis, entablando contacto con Bonnard, Vuillard, Maurice Denis y, más tarde, Matisse. En ese periodo sus coloridos se hicieron más intensos y aparecieron en su producción temas nuevos ligados a la mitología clásica, así como jarrones tan intimistas como exuberantes.
A la muerte de Redon, en 1916, apareció el recopilatorio de textos autobiográficos y reflexiones A sí mismo, en el que el artista volcó sus meditaciones y mostró su talento como sesudo escritor.
Podéis encontrar más imágenes de la muestra en esta web monográfica preparada por la Fundación MAPFRE. En paralelo a la exposición se ha editado un minucioso catálogo, seguramente la obra más completa dedicada a Redon hasta ahora en español. Incluye valiosos textos de Idoia Murga que ilustran su relación con España.
Odilon Redon
Al despertarme, percibo a la diosa de lo inteligible de perfil severo y duro, Lámina VI del álbum Homenaje a Goya, 1885
Gemeentemuseum La Haya
© Gemeentemuseum La Haya
Odilon Redon
Flores en un jarrón, anterior a 1870
Gemeentemuseum La Haya
© Gemeentemuseum La Haya
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