La Fundación Docomomo Ibérico muestra en la Sala Arquerías los mejores ejemplos de la arquitectura del movimiento moderno en España y Portugal
La Fundación hispano-lusa Docomomo Ibérico se creó en 1990 con el objetivo de investigar y documentar en profundidad la arquitectura ligada al movimiento moderno en España y Portugal. A lo largo de esta década larga, esta institución ha elaborado un archivo compuesto por más de 1.400 edificios (seleccionados de entre los cerca de 4.000 de los que tienen constancia) con el que pretenden guardar su memoria en caso de que sean sometidos a posibles futuros derribos.
El pasado 28 de junio quedó inaugurada, en la madrileña Sala Arquerías de Nuevos Ministerios, la muestra “Equipamientos II. Ocio, Deportes, Comercio, Transporte y Turismo, 1925-1965. Registro Docomomo Ibérico”, que podrá visitarse hasta el 4 de septiembre y que explora las construcciones vinculadas a los usos mencionados en el título levantadas entre los años veinte y la década de los sesenta, un periodo inevitablemente dividido por la Guerra Civil.
Fechados en la etapa previa a la contienda, encontraremos edificios diseñados por arquitectos vinculados a la estética de Le Corbusier, como Luis Blanco o Luis Lacasa, o independientes como el célebre José Luis Sert. En la postguerra, apareció una arquitectura de rasgos modernos y austeros en la que, no obstante, no se empleaban aún materiales como el hormigón, el vidrio o el acero, que no imperaron hasta los sesenta.
Entre los casos de estudio en la exposición: el Ministerio del Aire de Gutiérrez Soto, la que fuera Casa Sindical y hoy es Ministerio de Sanidad en Madrid, el hipódromo de La Zarzuela, el Canódromo de Barcelona, piscinas populares, el Teatro Fígaro de Felipe López Delgado o el Parador de Jávea.