La sala de las Francesas de Valladolid inaugura una exposición de obras sobre papel del mallorquín
Miquel Barceló (Felanitx (Mallorca), 1957), el segundo artista español más valorado en el mercado internacional, es ya toda una institución en el mundo del arte y estos días se celebran varias exposiciones sobre su obra; como la que hace unas semanas abrió sus puertas en el IMMA de Dublín, o la que ahora se presenta en la sala de las Francesas de Valladolid.
Si la primera de las muestras mencionadas versaba sobre las piezas del mallorquín inspiradas en sus visitas a África, la que ahora nos ocupa presenta un conjunto de piezas pertenecientes a las series Lanzarote (1999-2000) y Toros (1990-91), así como algunos de sus más reseñables acrósticos. La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 17 de agosto y ha sido comisariada por Antonella Montinaro, se ciñe por tanto a la obra gráfica de Barceló que, si bien es una de sus facetas más desconocidas por el gran público -más acostumbrado a sus grandes proyectos como el de la Catedral de Palma o a sus lienzos de gran formato- es además de gran interés. En ellas destaca especialmente el virtuosismo del creador para conseguir efectos orgánicos, plasmar la densidad de la materia o la levedad del movimiento sobre un soporte tan delicado con el papel, consiguiendo así transmitir una potente carga lírica.
Miquel Barceló