Victor I. Stoichita
El Museo de Bellas Artes de Lausana ha tenido la curiosa idea de reunir la obra de tres pintoras suizas de nuestro siglo, para dar una visión de los problemas y dificultades encontradas por las artistas en sus respectivas carreras.
Lo que hace que esta exposición vaya más allá de las buenas intenciones de lo políticamente correcto es la gran diferencia de personalidad de las tres pintoras. La ginebrina Alice Bailly (nacida en 1872) renunció a casarse con el conocido escritor C. F. Ramuz que al parecer la veía más a gusto en la cocina que frente al caballete, para convertirse en una de las más importantes representantes suizas del cubismo. Violette Diserens, algunos años más joven, estudió en París pero sin dejarse influir demasiado por los movimientos de vanguardia, y acabó sus días como profesora de artes gráficas en la Escuela cantonal de diseño de Lausana. La personalidad más inquietante de las tres es sin duda la de Aloïse, quien, tras los primeros síntomas de su enfermedad mental (1917), pasó el resto de sus días en el manicomio de Céry. Su obra fue descubierta por Jean Dubuffet que la transformó en una estrella del art brut.
Aloïse, Mujeres
Alice Bailly, Autorretrato, 1917