Nicole Eisenman y la alegoría de cada día

El New Museum le dedica una retrospectiva

Nueva York,
Nicole Eisenman. Coping, 2008
Nicole Eisenman. Coping, 2008

Nacida en 1965 en Verdun, Nicole Eisenman se convirtió en una de las artistas francesas más influyentes de su generación gracias a su peculiar lenguaje figurativo: en sus obras no hay rastro de abstracción, pero sí se dan cita lo absurdo y banal, lo lúcido e imaginativo, el estereotipo y la contracultura.

Hasta el próximo 26 de junio, el New Museum de Nueva York le dedica la que es su primera retrospectiva en la ciudad: “Nicole Eisenman: Al-ugh-ories”, una muestra que busca poner de relieve cómo tanto lo autobiográfico como lo alegórico impregnan su obra, en la que continuamente se enlazan lo pasado y lo presente.

Desde los inicios de su carrera, Eisenman ha experimentado con otros medios en principio no estrictamente pictóricos haciendo visibles esfuerzos por lo que hoy se ha llamado hasta la saciedad salir de la zona de confort, procurar que sus indagaciones no fuesen ni repetitivas ni cómodas.

Uno de los asuntos que con mayor frecuencia ha abordado Eisenman ha sido la complejidad de la figura humana, su forma y sus gestos: es autora de fascinantes retratos de personajes muy diversos, desde sus amigos a héroes imaginarios o perdedores trágicos; en From Success to Obscurity (2004) representó a un superhéroe monstruoso leyendo una carta con cierta expresión afligida, aludiendo, quizá, a los pies de barro de la fama y la fortuna, y en Hamlet (2007) representó al príncipe shakespeariano con la espada baja, como líder sensible y prudente, en otro retrato del que se hicieron lecturas poéticas al asociarlo al último año del mandato de George W. Bush en que Eisenman lo realizó.

Las conexiones de la producción de esta artista con el contexto actual se hicieron aún más evidentes en El triunfo de la pobreza (2009), versión de una pintura perdida de Hans Holbein con el mismo título en la que Eisenman se inspiró en la crisis financiera que arrancó en 2008.

Estas pinturas están presentes en la exhibición del New Museum junto a trabajos en otros formatos, como una figura de yeso a gran escala (la francesa ha comenzado a llevar a cabo este tipo de piezas hace pocos años), y dos cabezas de cera de gran tamaño creadas específicamente para esta exposición.

Eisenman toma referencias tanto de los grandes maestros de la historia del arte (Giotto, Francisco de Goya, Paul Cézanne, Pablo Picasso o Munch) como de la cultura popular, buscando que sus obras sean accesibles a un público diverso, y también combina crítica y humor, visiones conmovedoras y ácidas de la sociedad contemporánea. Con ingenio e irreverencia, socava jerarquías y convierte en motivos dignos de inspiración y recreo actos cotidianos como comer, dormir, caminar o incluso mantener relaciones sexuales, un signo de contemporaneidad evidente.

La exposición del New Museum está comisariada por Helga Christoffersen y Massimiliano Gioni.

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