Nico Munuera, botánica y lugares de culto

Su obra reciente la exhibe Moisés Pérez de Albéniz

Madrid,

El color, desnudo y expresivo, viene siendo la base del trabajo de Nico Munuera, que en sus abstracciones evocadoras de paisajes viene dando cuenta de su gran manejo de las posibilidades de la tinta. En más de una ocasión ha explicado este artista murciano que fue su trabajo pictórico el que lo condujo a la observación de la naturaleza y no tanto al revés; entiende la pintura no como representación de motivos de lo real sino como acontecimiento en sí misma.

La Galería Moisés Pérez de Albéniz le dedica, hasta el próximo 7 de noviembre, la muestra “Shima / de musgos y arenas”, en la que presenta trabajos recientes que lo enlazan, una vez más, con artistas vinculados al romanticismo nórdico en los que la abstracción, al margen de asuntos formales, era un camino para abordar temas morales, sociopolíticos, metafísicos… Forman parte de esa tradición, teorizada por Rosenblum, Rothko, Barnett Newman, Agnes Martin… también los más cercanos en el tiempo Sean Scully, Juan Uslé o Per Kirkeby. A esas referencias, la pintura de Munuera, con dos décadas ya de trayectoria a sus espaldas, suma análisis, reflexión e ironía, un camino que lo aproxima también a Gerhard Richter.

Continúa trabajando este artista en la exploración de las cualidades físicas de los materiales y pintando a base de barridos horizontales de pigmentos expandidos; dada la importancia que concede a esos procesos (también a la preparación del montaje de sus exposiciones) ha llegado a mostrar al público alguna vez documentos que los ilustraban: ocurrió así hace tres años, en la muestra “Praecisio” en el IVAM de Valencia.

Nico Munuera. "Shima / de musgos y arenas". Galería Moisés Pérez de Albéniz
Nico Munuera. “Shima / de musgos y arenas”. Galería Moisés Pérez de Albéniz

Aunque su producción, de carácter por tanto procesual y conceptual, se nos presenta desde una evidente claridad discursiva, son posibles las interpretaciones abiertas y ocurre también en esta exhibición que ha presentado en Moisés Pérez de Albéniz, coincidiendo con Apertura 2020: veremos su última serie de pinturas, en la que ha mantenido referencias claras a paisajes y a jardines como metáforas de las obras de arte, vínculo que igualmente mantienen los elementos de la cultura japonesa en estos trabajos.

Los títulos de las obras recogidas en “Shima / de musgos y arenas” están normalmente escritos en latín y constan de dos palabras juntas, sugiriéndose así que se trata del nombre científico de algunas especies de plantas. No es así: estos términos aluden a veces a términos botánicos, sí (arce rojo, hojas, musgo, madera o hierba) y otras veces a cualidades (árido), cuerpos celestes (la luna), elementos formales pictóricos (líneas) o a lugares de culto (templos). Alguna vez el título aparece en japonés, conjugando de nuevo el sentido botánico o científico de sus referencias con asociaciones metafóricas.

Solemos encontrar en estas obras fondos monocromáticos degradados de varios colores, sobre todo verde, azul pálido y rojo, conjugados con pigmentos dorados que originan destalles metálicos en las superficies, elemento recurrente en la pintura japonesa (podemos recordar el Pabellón de Oro de Kioto, que algunos recordaréis por la novela de Yukio Mishima sobre la historia de aquel monje que, en los cincuenta, lo quemó ante la imposibilidad de soportar su belleza).

Nico Munuera. "Shima / de musgos y arenas". Galería Moisés Pérez de Albéniz
Nico Munuera. “Shima / de musgos y arenas”. Galería Moisés Pérez de Albéniz

Los lienzos se disponen en ocasiones formando dípticos y podemos apreciar acontecimientos, horizontales y lineales, en sus espacios vacíos; a veces se traducen en líneas o mínimos recursos compositivos que sugieren paisajes, quizá áridos como señalaba aquel título, o con sugerentes montañas o vegetaciones, pero casi siempre de aires románticos.

El título de la serie, Shima, se refiere justamente a los jardines zen nipones, como el Ryoan-ji de Kioto, situado en un terreno rectangular y cubierto de guijarros. Sobre su superficie quedan quince rocas, dispuestas sobre manchas de musgo: desde ningún punto de vista pueden contemplarse todas. Algunos divisan, en la forma de esas rocas en su conjunto, a una tigresa cruzando un río con sus cachorros; a otros les parecen islotes, montes. No podemos circular por Ryoan-ji, solo observarlo como si se tratara de una pintura o paisaje, desde su único lado abierto, por lo que se trata, en el fondo, de un lugar para la meditación o el silencio cuyo recogimiento habrá quien alumbre en las obras de Munuera.

A Enrique Juncosa estos trabajos también le recuerdan a los paisajes monócromos de Tanguy; aunarían en ese caso realidad y sueño a partir de muy pocos y sencillos elementos: materia, color, pincelada, luz…

Nico Munuera. "Shima / de musgos y arenas". Galería Moisés Pérez de Albéniz
Nico Munuera. “Shima / de musgos y arenas”. Galería Moisés Pérez de Albéniz

 

Nico Munuera. Shima, 2020
Nico Munuera. Shima, 2020

 

 

Nico Munuera. “Shima / de musgos y arenas”

GALERÍA MOISÉS PÉREZ DE ALBÉNIZ

c/ Doctor Fourquet, 20

Madrid

Del 10 de septiembre al 7 de noviembre de 2020

 

Comentarios