Uno de los emblemas de la colección fotográfica de la Fundación MAPFRE lo constituye la serie de Nicholas Nixon The Brown Sisters, que a su vez es el proyecto fundamental de la carrera de este autor de Detroit que, en sus comienzos, siguió la senda de Henri Cartier-Bresson trabajando con una Leica, pero tras asistir a un taller de fotografía en Aspen -donde conocería a la que sería su mujer, Beverly Brown- se decidió a cultivar el gran formato.
En 1974, año en que se asentó en Boston, empezó a emplear una cámara de 8 x 10 pulgadas, la misma que sigue utilizando hoy y con la que realizó esa serie de imágenes dedicada a las Brown, que después imprimiría en gelatina de plata. Esta cámara le facilitaba nitidez en los detalles y una luminosidad sutil que permitía potenciar la sensación de realidad que transmiten sus obras. Participó en una exposición hoy considerada mítica, “New Topographics”, en la George Eastman House de Rochester y su primera individual la albergaría el MoMA; presentó allí paisajes urbanos.
El retrato se convertiría en el centro de su carrera desde 1977 y sus primeros modelos fueron personas en los porches de sus casas y en reuniones de amigos; más adelante se fijaría en ancianos en residencias (ya que fue voluntario en hospitales y centros de mayores) y en enfermos de sida, a fines de los ochenta, en la etapa más cruda de esa enfermedad en Estados Unidos. Estos últimos protagonizaron uno de sus libros, que recogía la vida de quince personas afectadas, junto a cartas y entrevistas a cargo de su esposa. Esas imágenes se encuentran entre las más emocionantes de su producción; según Carlos Gollonet, conservador jefe de fotografía de la Fundación, su sencillez y rotundidad las hace estremecedoras; lo que nos conmueve en ellas no depende de su belleza, o del dolor que contienen, sino de esos pensamientos que se hacen palpables, de la paradójica y perturbadora constatación de que vida y muerte se presentan de la mano.
Una de sus series más recientes, iniciada en 2000, se dedica a Parejas: antes de fotografiarlas, entabló con ellas un clima de confianza y a algunas volvió a retratarlas en el paso de los años, conforme al procedimiento de ese proyecto central en su trayectoria, The Brown Sisters.

Nixon protagoniza una de las tres nuevas exposiciones de la Fundación MAPFRE en Madrid: si fotografió en numerosísimas ocasiones a Beverly Brown, creando a partir de esas imágenes un sentido diario de su vida en común, hizo lo mismo, año a año, con sus cuñadas. El origen de esta práctica se encontraba en una tradición familiar: los padres Brown tomaban, también cada año, una imagen de sus hijas que utilizaban como felicitación navideña y Nixon dio continuidad, artística, a ese hábito a partir de 1974. Las edades de Beverly, Heather, Laurie y Mimi oscilaban entonces, aquella primera vez, entre los quince y los veinticinco.
Todas sus fotos las tomó con una cámara de gran formato y manteniendo ciertas notas comunes: las hermanas aparecen siempre en el mismo orden (el que, por casualidad, mantuvieron en la primera fotografía), guardan poses naturales sin dejar de mirar a la cámara y se hallan, normalmente, en exteriores, aprovechando la luz natural. Hoy consideramos estas imágenes una obra maestra de la fotografía de la segunda mitad del s XX por su claridad y su precisión formal, que pueden vincularse con la tradición del formalismo de esta disciplina en su país.

Ocasionalmente, Nixon se inmiscuye sutilmente en las imágenes, como sombra o introduciendo sus dedos en alguna esquina; de ese modo sutil, se sumaba al conjunto como miembro de la familia. Pero la nota más sobresaliente de estas fotos es la mirada de su esposa, siempre frontal, porque denota de forma evidente su complicidad.
Esta serie, de un aire nostálgico que suele impulsar una luz crepuscular, nos habla del irremediable paso del tiempo (en forma de canas, arrugas, miradas más cercanas o más huidizas -estas últimas, las muy tempranas-), de los lazos familiares y de una intimidad cedida a la mirada pública. El éxito del conjunto, y su carácter histórico, no depende solo de Nixon, también de las propias hermanas, que posan con evidente libertad (más allá de esa disposición constante) y, además, participan en la elección de las tomas que serán rescatadas.
La exhibición que la Fundación MAPFRE dedica al conjunto en Madrid es la primera que compila, internacionalmente, todos los retratos de esta propuesta. El último se tomó en 2022, cuando la serie concluyó por decisión colegiada, pese a que Nixon no tenía pensado finalizarla hasta que él mismo faltara.
En el fondo, estas imágenes nos informan, además, de nuestros modos de contemplar el avance de los años. Captan la sorpresa o decepción que puede causarnos el que casi nada se mantenga indemne, que todo se someta a ruina y también que ese devenir, no por conocido, no deje de dolernos y, en la mayoría de los casos, no cejemos en oponer resistencia a la decrepitud. En sus composiciones vemos cómo los rostros se ven paulatina, pero inexorablemente, determinados por edades y penas, pero también podemos apreciar cómo, a su vez, mucho en dichos rostros se mantiene idéntico a sí mismo: la presencia de cada individuo resiste en esas caras y ampara a otros.


Nicholas Nixon. “The Brown Sisters”
Paseo de Recoletos, 23
Madrid
Del 5 de junio al 24 de agosto de 2025
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