Figura clave de la danza contemporánea, presentó su última coreografía hace unas semanas en el MNCARS
“Realmente hay que amar la danza para dedicarle la vida.
No te devuelve nada: ni manuscritos que conservar, ni pinturas que mostrar en las paredes o tal vez colgar en los museos, ni poemas para editarse o venderse. Nada más que un simple momento fugaz en el que te sientes vivo. La danza no está hecha para almas inestables”. Palabras de Merce Cunningham, coreógrafo y artista estadounidense que en 1964 creó sus famosos Events: danzas presentadas en lugares ajenos a los tradicionales espacios escénicos que combinan secuencias de obras tanto antiguas como recientes cuyo orden se decide el propio día de la representación. Colaboró con John Cage, Rauschenberg, Jasper Johns, Andy Warhol o Nam June Paik, movido por su interés por las relaciones entre las distintas artes y entre arte y tecnología. Amante de la experimentación constante, Merce Cunningham creó en 1953 compañía de danza propia en el Black Mountain Collage de Carolina del Norte. Desde entonces ha logrado que prestigiosas compañías adoptasen piezas de su repertorio, entre ellas el Ballet de la Ópera de París o el New York City Ballet. Su última coreografía, Casi noventa, se presentó con gran éxito de público el pasado mes de mayo en el Museo Reina Sofía de Madrid. La Fundación que lleva su nombre ha comunicado hace unas horas el fallecimiento de Cunningham a los noventa años, y ha ensalzado su figura como revolucionario del escenario y las artes visuales, destacando su búsqueda de la belleza a través de la exploración continua de nuevas posibilidades creativas.
Merce Cunningham