Muere a los 88 años Lucian Freud, el pintor de la carnalidad

El artista británico, representante de la Escuela de Londres, era uno de los creadores más cotizados del momento

Nacido en 1922 en Berlín, Lucian Freud, nieto del psicoanalista y residente en Londres desde 1932, era, junto con Bacon o Auerbach, uno de los principales representantes de la llamada Escuela de Londres, integrada por artistas que iniciaron su carrera tras la II Guerra Mundial bajo inspiración expresionista e influidos también, sobre todo en sus inicios, por la Nueva Objetividad germana.

Se formó en la Central School of Art y en el Goldmiths´ College y comenzó a pintar profesionalmente en los cuarenta, participando por primera vez en una exhibición colectiva en 1944. Comenzó a alcanzar notoriedad internacional en los inicios de los cincuenta gracias a obras realistas muy centradas en la carnalidad corporal de los retratados, en la órbita de Stanley Spencer y del propio Bacon.

Los desnudos de Freud perturban a quien los contempla por la novedad de los puntos de vista escogidos, por su carácter directo y por su presencia matérica, táctil, deudora de Rembrandt. En palabras del propio pintor: Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mí mismo un idéntico efecto que la carne. El rigor compositivo quedaba en un segundo plano.

A finales de los sesenta, cobra importancia en la pintura de Lucian Freud la luz y sus contrastes, así como la pincelada. Sus últimos trabajos han desarrollado una pincelada aún más expresiva que la anterior pero sus temáticas y el particular interés por estudiar el comportamiento humano se han mantenido.

En los últimos años, la producción de Freud había alcanzado un enorme éxito comercial, llegando a convertirse incluso en uno de los creadores más fácilmente reconocibles por el público no especializado.

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