Rococó

El estilo que llamamos Rococó es una creación francesa desarrollada durante los reinados de Luis XV y Luis XVI. Sus características más destacadas son la ligereza, la fragilidad y la gracia, frente a los profundos contenidos del Barroco. El motivo decorativo más sobresaliente es la rocaille, elemento asimétrico, medio vegetal medio mineral, que invade la arquitectura y todas las artes decorativas.

Este estilo es una respuesta a los factores históricos del s XVIII: el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el auge de la burguesía y el nacimiento de unos géneros nuevos de pintura. En esta nueva sociedad la mujer adquiere un gran protagonismo.

Los rasgos más característicos del periodo son el ansia de libertad y la exaltación de la galantería, el amor, el gusto por lo exótico, el movimiento y el desequilibrio. El Rococó tendió a expresarse en interiores decorativos y sus manifestaciones más significativas se dan en mobiliario, cerámica, cristal y orfebrería, tapicería y pintura y escultura. Son frecuentes las temáticas domésticas y cotidianas.

El Rococó envuelve al hombre en un ambiente tranquilizador, artificial y terreno, peró sólo pudo ser contemplado por ambientes de élite, clases aristocráticas.

En la arquitectura rococó, al exterior las construcciones se distribuyen en dos pisos, se baja la altura de los tejados y se sustituye el ladrillo por la piedra, equilibrándose los órdenes y la composición de las fachadas.

En los interiores se cuida la iluminación, el color, la elegancia y los movimientos ondulantes.