Uno de los últimos capítulos del Programa Cultural de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea lo acoge, desde este pasado fin de semana, LABoral, el Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón: se trata de la muestra “Motores del Clima”, que reúne casi una treintena de proyectos de autores internacionales y que han comisariado la escritora Daphne Dragona y Jussi Parikka, académico especializado en las relaciones entre estética, cultura digital y ecología.
El propósito de esta exhibición, y de las actividades paralelas que la acompañan, es explorar desde perspectivas creativas los desafíos que implica el cambio climático tanto en los entornos urbanos como en los rurales y analizar cuáles podrían ser las respuestas de los ciudadanos ante ellos, desde planteamientos poéticos y políticos o relativos a la tecnología: en esta muestra, el arte se convierte en una herramienta de conocimiento más a la hora de aproximarnos tanto al tiempo como al clima en diversas dimensiones; como sistemas complejos, como objetos de observación y control y como formas de experiencias vividas. Aluden a la necesidad de respirar, a fenómenos naturales recientes, a estrategias pasadas y contemporáneas de geoingeniería o a la importancia de contemplar el medio ambiente desde enfoques no solo antropocéntricos.
Entre los artistas y colectivos representados en este montaje en LABoral se encuentran Kat Austen, Anca Benera y Arnold Estefan, Felipe Castelblanco, Kent Chan, Denise Ferreira da Silva y Arjuna Neuman, DESIGN EARTH, Matthias Fritsch, Geocinema, Abelardo Gil-Fournier, Hypercomf, Lito Kattou, Zissis Kotionis, Pablo de Lillo, Atmospheric Research Collective, Matterlurgy, Barbara Marcel, Víctor Mazón, Petros Moris, Sybille Neumeyer, Afroditi Psarra & Audrey Briot, Rotor Studio, Susan Schuppli, Rachel Shearer & Cathy Livermore, Stefania Strouza, Superflux, Paky Vlassopoulou y Thomas Wrede, y podemos destacar algunas de sus propuestas.
Justamente Wrede ha llevado a Gijón Rhonegletscher, un díptico dedicado al glaciar del Ródano, uno de los más célebres entre los alpinos por atraer viajeros desde el siglo XIX. Probablemente como consecuencia del calentamiento global, ha retrocedido drásticamente, de ahí que una familia que reside en los alrededores decidiera hace un lustro taparlo con una manta de lana blanca que, al reflejar la luz del sol, logra que se derrita de forma más lenta.
Por su parte, Atmospheric Research, grupo artístico integrado por Tom Corby, Gavin Baily, Jonathan Mackenzie, Louise Sime, Giles Lane, Erin Dickson y George Roussos, nos enseña aquí Topologías del Carbono, una escultura fabricada digitalmente y planteada como mapeo planetario tridimensional de las ubicaciones, cantidades y flujos de dióxido de carbono que son fruto de la actividad de la economía global desde los setenta hasta ahora.
Un estreno en España, tras su presentación hace dos años en la Bienal de Arquitectura de Venecia, lo constituye El Planeta después de la Geoingenería, proyecto del dúo DESIGN EARTH, formado por Rania Ghosn y El Hadi Jazairy, profesores de Arquitectura y Urbanismo en el MIT y la Universidad de Michigan. Su trabajo especula en torno al diseño de ciudades y territorios en el planeta a partir de grandes empresas de geoingeniería destinadas a suavizar los efectos del cambio climático. Especulaciones también trae Refugio para el resurgimiento, vista desde la ventana, del estudio británico Superflux, que suele trabajar aunando inquietudes ligadas a la tecnología, la política, la cultura y el medio ambiente: en esta propuesta han imaginado una villa cálida, húmeda y orgánica en la que pudieran cohabitar todas las especies.
Los griegos HYPERCOMF, además de artistas, son biólogos marinos y en LABoral muestran un mosaico inspirado en el terrazo tradicional veneciano; su particularidad deriva de sus materiales: se trata de contaminantes oceánicos, entre ellos objetos plásticos, microplásticos, redes y cuerdas, en lugar de la mezcla de hormigón y arena habitual. Aquellos plásticos se extrajeron de simas subacuáticas del Egeo. Mattelurgy, en Hidromancia, también nos lleva a los fondos marinos, a través del laboratorio de coral bañado en luz azul del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
Anca Benera & Arnold Estefan, en Proxy Climates, se refieren al polen como un proxy paleoclimático a emplear en la reconstrucción del clima y en la comprensión de su dinámica a nivel global; en Tiempo de ruptura, Ecos del Palaeo-plasticeno, de Kat Austena, pequeños hongos de plástico rosados remiten a y legados petroquímicos antropogénicos; Espacio de escucha, de Afroditi Psarra & Audrey Briot, se adentra en iniciativas de ciencia ciudadana en las que se utilizan antenas portátiles hechas manualmente para recibir señales de los satélites meteorológicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos; y CINE-LIANA en la torre ATTO, de Bárbara Marcel, nos propone conocer el Observatorio de Torres Altas de la Amazonia, que estudia las interacciones entre la selva, los suelos y la atmósfera para comprender el rol de la cuenca amazónica para el sistema terrestre.
La participación española en “Motores del clima” llega de la mano de Pablo de Lillo y Rotor Studio, asturianos, y del cántabro Víctor Mazón. Lillo exhibe tres pinturas acrílicas de la serie Meteorologías, basadas en las predicciones del tiempo en los informativos; Rotor Studio presenta una máquina de tipo arcade cuyo jugador somatizará las dificultades para llevar a cabo actividades sencillas en condiciones climáticas extremas; y de Víctor Mazón contemplaremos Vortex, una instalación sonora que parte de sus estudios sobre el viento y los grandes molinos de generación de energía eólica.
“Motores del clima”
LABORAL. CENTRO DE ARTE Y CREACIÓN INDUSTRIAL
c/ Los Prados, 121
Gijón
Del 6 de octubre de 2023 al 25 de mayo de 2024
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