Moreno Villa inesperado

José Moreno Villa. Interior con caballo José Moreno Villa. Interior con caballo

Cuarenta obras del poeta y pintor malagueño se muestran hasta octubre en el Museo de Bellas Artes de Granada



Granada, 29/07/2013

“José Moreno Villa. Una colección inesperada. Fondos del Museo de Málaga”

MUSEO DE BELLAS ARTES DE GRANADA
Palacio de Carlos V, Alhambra
18009 Granada
Del 19 de julio al 6 de octubre de 2013

En el marco del programa “Los museos viajan”, puesto en marcha por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta andaluza, el Museo de Bellas Artes de Granada nos muestra una selección de cuarenta obras de una colección “inesperada”: la de pinturas de José Moreno Villa que atesora el Museo de Málaga, ciudad natal de este artista. Decimos inesperada porque su origen fue, en cierto modo, fortuito: este centro recibió las 48 pinturas de Moreno Villa que atesora de manos de Diego Ángulo, profesor del Instituto Diego Velázquez integrado en el CSIC, organismo al que estas obras pasaron tras la disolución de la Residencia de Estudiantes y la Institución Libre de Enseñanza al finalizar la Guerra Civil.

El pintor se encontraba en Madrid cuando estalló la contienda, pues residía desde 1917 en la citada Residencia de Estudiantes. Al temer represalias por su vinculación a la Institución Libre de Enseñanza, decidió exiliarse en noviembre de 1936, estableciéndose primero en Nueva York y después en México, y en este país residió hasta su muerte, en 1955. Nunca regresó a España, y en su habitación de la Residencia quedaron pinturas, dibujos, manuscritos y muchos de sus objetos personales que dan fe de la prolífica labor intelectual de Moreno Villa, quien, además de pintor y poeta, fue dibujante, historiador, crítico de arte, ensayista, archivero, bibliotecario, articulista y traductor de alemán y pudo codearse en Madrid con Emilio Prados, Altolaguirre, Buñuel, Falla, Benjamín Palencia, Dalí y García Lorca.

José Moreno Villa. Guitarra vertical

José Moreno Villa. Guitarra vertical

Las piezas que ahora exhibe el Museo de Bellas Artes de Granada se fechan entre 1924 y 1936. 1927 fue uno de sus años más creativos: acudió a París, entabló contacto con Francisco Bores, Joaquín Peinado o Hernando Viñes y se empapó de las tendencias del arte del momento: llevó a cabo bodegones y composiciones en consonancia con la segunda Escuela de París.

En diciembre de aquel año celebró su primera exhibición individual, en el salón Chrysler de la Gran Vía madrileña. Allí mostró sus pinturas, dibujos y grabados entre los últimos modelos de automóviles y frente a las grandes cristaleras de los escaparates. Aquella exposición obtuvo el respaldo de la crítica y el público y marcó un cambio de tendencia en su obra: abandonó el Cubismo para adentrarse en una figuración lírica y abierta y posteriormente en una estética cercana al Surrealismo.


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