Tras recibir el año pasado el Premio Julio González, Mona Hatoum presenta muestra en el IVAM, comisariada por José Miguel G. Cortés; esta artista británica, de origen palestino, es autora de trabajos de formas sencillas y trasfondo complejo: apelan a la psicología y las emociones del espectador e incorporan capas de significado susceptibles de generar lecturas ambiguas, incluso contradictorias. Además, emplee materiales humildes o atractivos, subyace en estas piezas una sensación de peligro latente.
Los trabajos que presenta ahora en Valencia (una treintena entre esculturas, instalaciones y obras sobre papel fechadas en los últimos veinte años) comparten esos rasgos y suponen una representación de la producción clave de Hatoum. Nos recibe con contundencia Búnker (2011), una instalación formada por aparentes maquetas de estructuras arquitectónicas vacías y en ruinas, todas consistentes en la apilación de estructuras modulares de acero rectangulares y quemadas para hacer referencia a los edificios marcados por la guerra, en concreto a los que conforman el sombrío urbanismo de Beirut, donde Hatoum nació.
Podremos caminar entre esas maquetas, con sus orificios quemados, acercándonos mentalmente a la experiencia de transitar por una ciudad en la que la violencia no solo ha dejado huella en la vida y ánimo de sus habitantes, también en los ladrillos.
En adelante encontraremos propuestas que se sirven de objetos domésticos o muebles para, por la vía de su alteración, sugerir que en todo entorno, y también y sobre todo en los más cercanos, acechan hostilidades. Así, Quarters (1996) consta de literas apiladas hasta alcanzar los cinco niveles, sugiriendo ser vallas para el control de la población, y Paravent (Biombo) y Daybed (Sofá-cama), ambas datadas en 2008, están realizadas con ralladores: el primero de verduras, el segundo de queso. Unos y otros han sido ampliados hasta convertirse en piezas susceptibles de dividir espacios con agresividad (Paravent) o de convertirse en camas sobre las que no se descansa sino que se sufre (Daybed). Ambos trabajos, por tanto, vienen a incidir en que casi todo en este mundo guarda su contradicción; ella las expresa incorporando referencias evidentes al surrealismo, pero también, en lo formal, al minimalismo y el arte conceptual.
Al IVAM han llegado, además, sus obras dedicadas a los mapas, asunto muy presente en la obra de Hatoum desde los noventa en todo tipo de materiales. Una de ellas es Present Tense, cuya primera instalación tuvo lugar en Jerusalén: con bloques de jabón elaborado con aceite de oliva local y cuentas de cristal dibujó un plano de los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993 al que, intencionadamente, le faltan fragmentos. Contemplaremos, asimismo, su conocida escultura de acero y neón Hot Spot: representa un globo terráqueo en forma de jaula que sugiere tanta energía (en su luz) como peligro, al sugerir que el planeta es, sobre todo, un lugar de agitación y miedo.
Específicamente para esta ocasión, Hatoum ha trazado nuevos mapas: se trata de Map (clear), versión renovada de una serie anterior compuesta por múltiples canicas de cristal que generan un gran mapamundi sobre el suelo de una gran sala, tan atractivas como, otra vez, amenazantes, al convertir en deslizante lo ya no sólido bajo nuestros pies. También encontraremos cartografías sobre papel.
La última instalación que forma parte de la exhibición del IVAM es Impenetrable (2009), otra oda a la contradicción que nos rodea. Se trata de un cubo de tres metros de altura que parece levitar sobre el suelo, suspendido en el aire. Está hecho de finas varillas de alambre que penden del techo mediante sujeciones invisibles y, desde su apariencia delicada, remite a las alambradas que limitan movimientos o sugieren riesgos en fronteras o zonas de guerra.
Mona Hatoum
INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO. IVAM
c/ Guillem de Castro, 118
Valencia
Del 16 de abril al 12 de septiembre de 2021
