Mitos y talleres

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Una muestra en Staatsgalerie Stuttgart repasa las mejores representaciones de talleres de artista en la creación contemporánea

Stuttgart, 26/11/2012


“The Studio. Workshop and myth”

STAATSGALERIE STUTTGART
Konrad Adenauer Strasse
30-32 D-70038
Del 27 de octubre de 2012 al 10 de febrero de 2013

Han sido numerosos los artistas que han convertido su propio estudio o taller en tema artístico desde el Renacimiento, pero no fue hasta el siglo XIX, coincidiendo con el surgimiento del Romanticismo, cuando estos espacios tomaron carta de naturaleza como el escenario, mágico y casi sagrado, según la concepción de entonces, donde el creador dejaba volar su inspiración, lejos de su primigenia definición de obradores de artesanos.

Hasta el próximo 10 de febrero, Staatsgalerie Stuttgart presenta “El mito del taller”, muestra donde da cuenta de algunas de las más significativas representaciones de taller llevadas a cabo en los últimos doscientos años. Además de constituirse como “paraíso privado” donde dejar en libertad el genio creativo de su dueño, estos talleres a menudo reflejan la personalidad de quien en ellos trabaja y también su manera de entender tanto la vida como el arte. Inevitable recordar aquel retrato que Georg Kersting hizo de Friedrich en su austero, y casi monástico, atelier o las representaciones impresionistas del taller que Bazille convirtió en punto de encuentro de los artistas rechazados por el Salón oficial.

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Con la llegada de las vanguardias a comienzos de siglo, el taller quedó convertido en una prolongación o apéndice del conjunto de la producción de su artista: Giacometti o Brancusi le dieron la misma relevancia que a cualquiera de sus pinturas o esculturas (del último artista se exponen en Stuttgart dos de las paredes, con siluetas esbozadas, de su atelier).

Desde mediados del siglo pasado, los artistas ligados al happening, al land art o a lo conceptual promovieron un abandono casi radical del taller para trasladarlo a la calle, a la propia sociedad, pero no todos siguieron sus pasos. Jeff Wall, Anselm Kiefer o Bruce Nauman lo han convertido en el eje de reflexión de buena parte de sus trabajos y Paul McCarthy o Matthew Barney ridiculizaron su aura mitológica y romántica.

No obstante, las visitas abiertas a los estudios de Pollock, Henry Moore o Cézanne o iniciativas como el reciente Open Studio de Madrid siguen probando que, para muchos, entrar en el taller de un genio sigue siendo atractivo, que el mito continúa.


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