La producción del barcelonés Miquel Mont viene explorando nuestros modos de percibir los lugares donde se exponen las obras de arte a través de la pintura: también ahonda en los límites físicos de las piezas y en las posibilidades de su expansión dentro del espacio. Cuestiona, así, en qué medida la pintura puede ser hoy objeto, medio y contenido y cuáles son sus opciones de pervivencia o resistencia en el siglo XXI; en sus obras, el color se extiende hasta escapar del soporte y anécdotas y motivos desaparecen para convertirse, en esencia, en la disciplina misma, a la que Mont constantemente desafía sin que llegue la sangre al río bajo la influencia de la última vanguardia francesa (Supports-surfaces, BMPT).
Hasta el próximo 2 de febrero, el catalán presenta en la Galería Trinta de Santiago de Compostela “Mal Tiempo”, muestra cuyo título ha tomado de un reciente ensayo de Gérard Dubey y Pierre de Jouvancourt sobre la otra cara de la amenaza climática: las posibilidades que abre en cuanto a experimentación con otros modelos de supervivencia, de producción y de colaboración posibles. Entiende Mont ese mal tiempo, en sus palabras, como anticipo de lo inestable, lo ligero, lo efímero, incompleto, inacabado e inmediato y a Galicia ha llevado dibujos, textos, referencias, collages y piezas pequeñas que exhibe al modo de un dispositivo visual que ha concebido como una instalación en dos niveles.
Conviven en este artefacto expositivo sobre lo presente y lo venidero papeles y cartones pintados, nombres de medicamentos psicotrópicos y obras nacidas del gesto directo y simple: trata Mont de acentuar los diálogos entre ellos. También salen a nuestro encuentro piezas basadas en planos y líneas simples, bandas o franjas y en una gama cromática austera, realizadas con materiales o soportes cotidianos que apelan al público y lo invitan a generar ideas creativas dada esa cercanía.
Conforman, unos y otros trabajos del autor, su posible respuesta ante dudas que lo acechan desde hace tiempo: sobre el papel del artista, y del arte en general, ante la emergencia de la crisis del clima, y más allá, ante las incertidumbres políticas y sociales. Se pregunta cómo y para qué crear hoy: si tiene sentido continuar persiguiendo el disfrute estético y alimentando la especulación del mercado.
No propone soluciones ante esos dilemas, seguro de no haberlas encontrado, pero sí esboza vías o actitudes en forma de caminos de percepción o de experiencia. Dice Mont que el mal tiempo es la desmesura y lo inédito del desastre ecológico. El de las tormentas de ese futuro inestable, que se afirma delante de nosotros para intensificarse y que incluye fragmentos de un ((advenir)) sin visión clara. Y lo hace despedazando los otros tiempos coexistentes del período moderno, el de un tiempo lineal y hegemónico, el de una presencia permanente y continua, para dar lugar a una percepción de fragmentos dispersos inconexos. En ellos el presente en el que los percibimos incluye los restos del pasado, y podemos leer simultáneamente la amenaza permanente hacia la vida y la posibilidad de un cambio atmosférico y político.
Miquel Mont. “El mal tiempo”
Virxe da Cerca, 24
Santiago de Compostela
Del 12 de diciembre de 2019 al 2 de febrero de 2020
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: