Miguel Ángel Tornero cubre el Palacio de Cristal durante su restauración

El Palacio de Cristal, una de las sedes expositivas del Museo Reina Sofia en el Parque de El Retiro, es objeto actualmente de obras de restauración y reparación que impiden su apertura. Con el fin de que este espacio siga apoyando, en su periodo de cierre, la exhibición pública de arte actual, el MNCARS ha anunciado que invitará a diferentes autores a que trabajen en su exterior.

El primero de ellos ha sido el jienense Miguel Ángel Tornero, que presenta desde hoy Gran friso, una obra ideada específicamente para las lonas que recubren el edificio de Ricardo Velázquez Bosco durante su remodelación. Enlazando esta propuesta con sus últimas creaciones, ha partido de fotografías tomadas en su vida cotidiana, en el entorno de la zona de Madrid donde reside, y que retratan desde los aspectos más aparentemente banales de las interacciones sociales en la capital hasta arquitecturas vinculadas al poder. Esas imágenes –fragmentos de una realidad mayor– las recorta, superpone e intercambia escalas y motivos para generar complejos collages, que constituyen así algunas representaciones, de las múltiples posibles, de la ciudad.

Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía, ha enlazado hoy el fin último de esta composición con la tradición clásica: Muestra una narrativa visual que se descubre al rodear el edificio; pero donde los frisos de la tradición de los templos clásicos contaban grandes gestas, Tornero toma el pulso de la ciudad en sus mitologías mundanas, dando espacio a la vida misma. Se ha referido a la obra de Tornero como un espejo fragmentado de la ciudad, una especie de arqueología urbana reciente que combina lo cotidiano y lo simbólico, lo efímero y lo permanente. Las imágenes, ensambladas en un juego casi artesanal, se convierten en una suerte de crónica urbana que invita a reflexionar sobre la deriva de las ciudades contemporáneas y sobre las tensiones entre lo monumental y lo cotidiano, entre lo íntimo y lo público.

El proceso de creación de la pieza también estuvo muy vinculado a lo íntimo y cotidiano: empezó manipulando los recortes de pequeñas fotografías impresas, pegándolos unos a otros con cinta adhesiva doméstica. A continuación los dispuso sobre una maqueta de madera y cartón que reproduce la arquitectura, para ser esta finalmente fotografiada.

La lona resultante refleja aquellas tomas a una escala de más de seis metros, en un ejercicio de cambio de proporciones radical, de modo que la estructura original parece sostener el Palacio con sus puntales de cartón. Las imágenes de Madrid devienen así bodegones de dimensión urbana, pero esa misma condición monumental convierte este Gran friso en un enorme diorama, que remite a su vez al estado actual del interior en construcción del edificio, que de esta manera no pierde del todo su característica transparencia.

Miguel Ángel Tornero. Gran Friso. Palacio de Cristal, Museo Reina Sofía
Miguel Ángel Tornero. Gran Friso. Palacio de Cristal, Museo Reina Sofía

Comentarios