Metáforas del espacio y del tiempo

Primera instalación de Díaz de Rábago para el Museo Barjola de Gijón

Formado en el campo de las Humanidades y residente en Copenhague desde 1978, José Ignacio Díaz de Rábago comenzó su trayectoria artística como pintor y litógrafo para especializarse posteriormente en la realización de instalaciones de gran formato.

Gijón, 28/04/09

MUSEO BARJOLA

C/ Trinidad, 17
Gijón (España)

En sus proyectos predominan precisión y simplicidad y la minuciosa planificación que requieren queda patente en los numerosos bocetos preparatorios que acompañan la realización de cada una de sus piezas. En la instalación que ha preparado específicamente para el Museo Barjola de Gijón, y que podrá contemplarse en dicho centro hasta el próximo 7 de junio, mantiene su habitual temática centrada en las tensiones entre el orden y el caos, abordadas desde una sensibilidad plena de referencias poéticas. Retomando ideas con las que ya trabajó anteriormente (es el caso de su obra expuesta en el Museo de San Telmo de San Sebastián en 1996 dentro de la exhibición “Habitación Numerada I”), en esta ocasión presenta en Gijón un arquetipo tridimensional estructurado en cuadrados bidimensionales que se subdividen a su vez en secuencias rojas y verdes (colores que Rábago entiende como representativos de la ciudad) y que quedan fragmentados en secuencias numéricas. Los planos y números que conforman el proyecto, bautizado como “Habitación numerada II”, son metáfora, respectivamente, del espacio y el tiempo, relacionados por la rítmica alternancia de una variante de color que sirve como analogía entre ambos. El espectador ve dificultada su percepción de la obra como totalidad y su mirada es conducida hacia un centro fragmentado que parece estar en todas partes y en ninguna (caos). Partiendo de la idea que toda construcción levantada según los principios tradicionales es reflejo de un determinado significado cósmico, la vertical que Rábago dispone entre la bóveda y el pavimento de la sala del Museo Barjola (y que está formada por cajas de sidra apiladas) simboliza el “eje del mundo” y es entendida como el pilar de unión que comunica “la puerta de los hombres” con “la puerta de los dioses”. Dicho sentido cobra mayor vigencia teniendo en cuenta que la sala de exposiciones gijonesa se asienta sobre una antigua iglesia.

José Ignacio Díaz de Rábago
“Habitación numerada II”, 2009

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