Las propuestas brasileñas para ARCO’08 aterrizan en la capital
No es desvelar ningún misterio afirmar que el arte latinoamericano está viviendo un momento de auge y que Brasil, el invitado de honor durante la 27ª edición de ARCO, es uno de los países donde el mercado del arte está empezando a alcanzar cotas hasta ahora impensables gracias a su amplia y variadísima oferta de creadores, al nacimiento de nuevas galerías y al impulso que museos e instituciones están haciendo del arte emergente.
Este crecimiento se ha desarrollado paulatinamente a lo largo de los últimos quince años y, coincidiendo con el fuerte impacto del arte iberoamericano en el mercado internacional, lógicamente desde hace un par de años también Brasil ha experimentado un notable impulso en cuanto a venta de obras y demanda de piezas de creadores nacionales. Moacir Dos Anjos y Paulo Sérgio Duarte han sido los encargados de comisariar la presencia brasileña en ARCO durante la presente edición. Su propuesta se aleja bastante del canon establecido, ya que en vez de seleccionar las galerías participantes en base a su trayectoria y buen hacer, han escogido uno a uno a los artistas que quieren ver expuestos en los pabellones de IFEMA y, en consecuencia, a las galerías con quienes éstos trabajan. El criterio para decidir qué artistas acudirían a la feria ha sido también peculiar: en vez de primar la presencia de artistas consolidados en el mercado internacional, que también pueden verse en algunas galerías, Dos Anjos y Duarte han preferido dar a conocer la obra de jóvenes talentos cuya obra es conocida a nivel nacional y, sin embargo, todavía no han conseguido hacerse un hueco en el mercado de fuera.
En la cita encontraremos un total de 31 galerías brasileñas, la mayoría de São Paulo, aunque vale la pena destacar la participación de algunas cuya sede está en Río y que se caracterizan por lo novedoso de sus propuestas; tal es el caso de A Gentil Carioca, un local fundado por los artistas Ernesto Neto, Laura Lima y Marcio Botner, cuyas intervenciones en el exterior de la galería están causando expectación en la parte antigua de la ciudad. Parte del triunfo de las propuestas de Brasil en el mercado se debe, como no, a las interesantes propuestas de sus creadores, que se caracterizan por su mestizaje y por la fuerte carga simbólica que encontramos en la mayoría de las mismas. Podría decirse también que se trata de obras cargadas de contrastes, algo lógico si las entendemos como un reflejo de la compleja y contradictoria realidad social de este país. Una realidad común pero que los artistas describen a través de distintas vías: en clave de humor, de manera rabiosamente crítica, de forma frágil y delicada como alusión a la inestabilidad del país, a través de repeticiones o repleta de tintes melancólicos. Pero si hay algo en común a toda la producción brasileña probablemente se trate de su carácter híbrido, en el que las tradiciones que parten de movimientos propiamente autóctonos, como la antropofagia o el neoconcretismo, se funden con las propuestas más novedosas del ámbito internacional que, como es lógico, también recalan en Brasil.
La nómina de artistas participantes es, por tanto, muy novedosa y, sin duda sorprenderá. Entre los más conocidos encontraremos nombres como Vik Muniz, Eduardo Kac, Rosângela Renno o Leonora de Barros; y entre quienes se están empezando a dar a conocer en el mercado internacional destacan las propuestas de Cao Guimarães, Mariana Manhães o Rodrigo Andrade, entre muchos otros. Pero la invasión brasileña en la capital no se acaba aquí, las instituciones y museos más importantes de Madrid ya han empezado a inaugurar distintas exposiciones que, sin duda, ayudan a contextualizar la realidad artístico-cultural del invitado de honor de ARCO. Tal es el caso del Reina Sofía, donde se muestra una instalación de José Damasceno; de Alcalá 31, que presenta obras de diez artistas brasileños bajo el título “Heteronimia Brasil”; o de “Panorama da Arte Brasileira”, que podrá contemplarse en la Casa de América. De este modo, durante el mes de febrero se podrá disfrutar de una panorámica sobre la creación brasileña que no defraudará a los amantes del arte latinoamericano, ni tampoco al público en general.
