Por Marta Ramos-Yzquierdo
El sábado dos de febrero de 2013 se presentó en la galería Vermelho de São Paulo el libro Menos–Valia [Leilão] de Rosângela Rennó (1962, Belo Horizonte, Brasil). Esta edición no debería identificarse como un catálogo del proyecto que la artista presentó en la 29º Bienal brasileña en 2010. Del mismo modo, que las piezas que se presentaron en esa ocasión como una instalación no son la obra en si misma, ni tampoco lo fue o se puso término a nada con la posterior subasta. El libro significa el final del proyecto de Rosângela: desde la selección de las 71 cámaras fotográficas, álbumes y proyectores, encontrados en diferentes mercados de pulgas, la negociación para su compra, la exposición en la bienal, la subasta de cada uno de los lotes, la inserción de esos objetos en las diferentes colecciones, y la edición y publicación del volumen, editado con los fondos conseguidos con las ventas.
Rosângela Rennó. Menos-Valia [Leilao]. Vista del proyecto y detalle de los objetos en la 29ª Bienal de São Paulo, 2010. ©Edouard Fraipont
Como destacó Cuauhtémoc Medina -que participa en el libro y estuvo en la presentación- existe un momento en el que el artista termina una obra, una suerte de “ceremonia de cierre”, como el momento en que se coloca la firma, o cuando se destruye una plancha de grabado. Este volumen es el fin del proyecto para Rennó, y es al mismo tiempo la última acción de la obra.
Rosângela Rennó. Menos-Valia [Leilao]. Vista de la subasta en la 29ª Bienal de São Paulo, 2010. ©Edouard Fraipont
La clave está en los gestos. La obra es el proceso compuesto por cada una de sus acciones, que podríamos resumir como la recuperación de objetos desechados para el mercado a través de su validación por la artista. Ronsângela consigue crear un proceso real mercantil controlado, utilizando todos los medios y herramientas existentes en el sistema (su carrera, la bienal, el subastero, los coleccionistas, la galería…), convirtiéndose ella, como nuevamente apunta Medina, en el gran prestidigitador en la sombra, y su obra en recreación de la “Teoría de la conspiración”, versión especial para el mundo del arte contemporáneo.
Es el valor del conjunto como parte del proceso lo que diferencia esta propuesta de la subasta organizada por Damian Hirst, en que las obras vendidas eran piezas por si mismas. Al mismo tiempo, es la acción del artista como detonador de significados dentro de contextos reales, lo que la acerca a otras reflexiones actuales, y que no hace sino ampliar el concepto duchampiano de obra de arte y reafirmar las teorías de la “transfiguración del lugar común” de Danto. Sólo algunos ejemplos expuestos en 2012:
– Los videos de Iván Argote (1983, Bogotá, Colombia) “Birthday” y “We are all in the bus”, ambos de 2009, o “Making off”, 2007, todos ellos parte de la selección de sus obras en la 30º Bienal de Sao Paulo. En ellos, las personas de la calle interpeladas por el artista se transforman en parte de la acción, ya sea cantando Cumpleaños feliz a un desconocido en un ascensor, siendo retratados como parte de una familia imaginaria o parte de un ficticio set de filmación.
– Ricardo Bausman (1961, São Paulo, Brasil) que propuso también en el espacio de la bienal paulistana “conversas & exercícios [área instalação + conversa coletiva]”, un espacio de uso colectivo en el que la experiencia espacial del espectador junto con un gran panel de mapas conceptuales escritos, invitaba a producir sentidos propios, siendo esta acción la obra en si misma.
– La instalación “El hombre bajo la lluvia” de Martín Legón (1978, Buenos Aires, Argentina) igualmente seleccionada por Luis Pérez Oramas, que reúne 300 dibujos realizados como parte de un test psicológico por los participantes de un proceso de selección laboral real. Los diseños son juzgados después por un psicólogo, una curadora y un técnico de recursos humanos, seleccionando cada uno el que es, según su formación profesional, el más representativo. Se convierte de este modo en una recuperación también de objetos desechados que vuelven a inserirse dentro de los distintos sistemas, y todos ellos en el del arte.
Martín Legón. El hombre bajo la lluvia
– Aníbal López (1964, Guatemala) invitó a un sicario a la inauguración de la 13 Documenta como una de sus obras en la edición alemana. Durante esa semana se convocó a un debate abierto entre el asesino y el público en el que se discutía política y educación en zonas de conflictos armados, especialmente la situación de las guerrillas y ejércitos paramilitares en la sociedad centroamericana.
– Las múltiples personalidades de Alberto Casari (1955, Lima, Perú) que forman el colectivo PPPP (Productos Peruanos Para Pensar): un poeta, dos pintores y un crítico de arte que crean, documentan y difunden las acciones del grupo, que se insieren en el circuito real bajo la firma comunitaria y que fueron expuestas también en São Paulo.
– Pedro Reyes (1972, Ciudad de México, México) continuó su proyecto SANATORIUM en los jardines de Kassel, un espacio calificado de “clínica temporal” para curar las enfermedades causada por el stress urbano. Una obra que no existe si uno no se inscribe como paciente e ingresa en el sistema.
Pedro Reyes. Sanatorium