La Fundación Juan March recorre las tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo
Del 8 de febrero al 25 de mayo de 2008, en la Fundación Juan March de Madrid.
FUNDACIÓN JUAN MARCH
C/ Castelló, 77
Madrid (España)
Organizan: la Fundación Juan March y el Departamento de Arte Corporativo de la Colección Daimler AG (Stuttgart). Número de obras: 100 Artistas: Adolf Hölzel, Josef Albers, Max Bill, Kenneth Noland, Frederick Hammersley, Sol LeWitt, Olivier Mosset, Camille Graeser, Mathias Goeritz, Jesús Rafael Soto, François Morellet, Elaine Sturtevant, Jeremy Moon, Shusaku Arakawa, Daniel Buren, Hanne Darboven, Michael Heizer, Sean Scully, Julian Opie, Philippe Parreno, Liam Gillick o Vincent Szarek, entre otros. Cuando pensamos en minimalismo, instintivamente nos vienen a la mente imágenes de artistas como Donald Judd, Carl Andre o Robert Morris; ellos son algunos de los representantes de lo que podría denominarse como minimalismo clásico, un movimiento fundado a mediados de los sesenta cuyos creadores consideraron, en su origen y desarrollo, como puramente americano. Esta es precisamente la tesis que la Fundación Juan March y la Daimler Colección pretenden replantear con esta exposición en la que proponen un recorrido a través del arte del siglo XX, mostrándonos ejemplos de cómo existe una línea ininterrumpida de creadores que metódicamente se basan en la “máxima minimización” como punto de partida del desarrollo de sus diversos lenguajes artísticos. No es la primera vez que una exhibición saca a la luz los estrechos lazos que existen entre el arte europeo y el americano, en el ámbito del minimalismo. Los antecedentes más claros los encontramos en “Minimalia”, la muestra proyectada por Achile Bonito Oliva para el P.S.1 en 1999, y en “Beyond the Geometry”, una propuesta del LACMA comisariada por Lynn Zelevansky en 2004. “MAXImin. Tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo” se remonta en su discurso al origen de la abstracción, concretamente a la obra de Adolf Hölzel, quien desde 1905 venía experimentando en torno a líneas y formas de color casi abstractas. Partiendo de su obra, la exposición repasa las propuestas de la Bauhaus, especialmente de Josef Albers, cuyo afán reductor del color y la forma culmina con su serie de homenajes al cuadrado, en los que trabaja durante casi treinta años. Tampoco se olvida de las experiencias de las vanguardias rusas -que gracias a Alfred H. Barr, antiguo director del Museum of Modern Art, se conocieron en Estados unidos a finales de los años veinte- ni del arte concreto, entre cuyos postulados, resumidos por Theo Van Doesburg, encontramos la búsqueda de elementos pictóricos sencillos y la representación de ideas abstractas de carácter universal. Además, la muestra recoge algunas analogías del arte minimal con las propuestas inglesas, tanto de finales de los sesenta como de la actualidad; con respecto al movimiento Zero y sus seguidores; y finalmente en relación a la arquitectura, una disciplina en la que las tendencias minimalistas continúan jugando un papel esencial. El arte conceptual, el minimalismo clásico americano y la importancia de la espacialidad en la obra de arte se funden en las propuestas de distintos creadores, desde los años sesenta hasta la actualidad. También “MAXImin” se hace eco de ello, mostrando piezas de creadores como Daniel Buren o Julian Opie. De este modo, la exposición nos muestra el minimalismo no cómo una corriente aislada, sino como una historia de máxima reducción a lo largo del siglo XX; en la que se trasluce que el arte minimal y otras tendencias artísticas de la centuria comparten ideas, premisas y soluciones, aunque es el primero el que desarrolla sus postulados de una forma más sólida y uniforme.
John M. Arrmleder
Con las dos lámpara de araña, 1993
Jan Henderikse
Relieve de tapones de corcho, 1962
Mathieu Mercier
Aún sin título, de la serie Aún sin título, 2001