Su próxima muestra en el CCCB explora los vínculos entre fotografía, coleccionismo y turismo
“Souvenir. Martin Parr, Fotografía y coleccionismo”
CCCB
c/ Montalegre, 5
08001 Barcelona
Del 29 de mayo al 21 de octubre de 2012
Todos los días, de 11:00 a 20:00 horas
¿Son los souvenirs turísticos una forma de arte? ¿Podemos considerarlos objetos de colección? Mañana abre sus puertas al público en el CCCB barcelonés “Souvenir. Martin Parr, Fotografía y coleccionismo”, exhibición comisariada por Juan Pablo Wert que analiza la producción del artista londinense como ilustración de los sorprendentes y cada vez más intensos vínculos entre la fotografía, el coleccionismo y las experiencias turísticas.
El eje del estudio de esas relaciones en la muestra se basa en el acto creativo que, inintencionadamente, desarrollan tanto fotógrafos como coleccionistas: el de la elección y apropiación de imágenes, abordado en esta ocasión desde una óptica sociológica ligada a la sociedad moderna y al turismo como manifestación de la misma.
“Souvenir” reúne dos colecciones: la del propio Parr y la de Juanjo Fuentes. Ambos atesoraron sus piezas desde un cierto instinto impulsivo; y el carácter masivo de sus fondos, compuestos por objetos muy diversos de difícil interpretación y clasificicación, nos lleva a pensar que lo que la fotografía capta, y lo que es susceptible de ser coleccionado, no son tanto los materiales como las experiencias.
Compartiendo el planteamiento de la escritora Susan Sontag (Coleccionar fotografías es coleccionar el mundo […] Las fotografías son experiencia capturada), Parr aboga por reflexionar sobre el significado de este medio, que parece otorgar valor a lo insignificante y que crea realidades fragmentadas. Tras el objetivo fotográfico, lo que es bello y lo que no se presentan al ojo público en un plano de igualdad.
El planteamiento de la exposición no deja a un lado el característico sentido del humor de Martin Parr, concebido por el fotógrafo de Magnum como un conducto para huir de la tiranía del ridículo y de la vertiente banal de la vida diaria. Tampoco su ausencia de pretensiones, declarada por el londinense durante la publicación de “Martin Parr por Martin Parr”: Si le das al mundo historias tristes y deprimentes, nadie va a escucharte, o esa es la sensación que me da. Por eso, intento que mis fotos sean brillantes y coloridas y, con un poco de suerte, aceptablemente buenas. Porque quiero incluir a mi público en todo ello, No quiero cabrearlo, quiero atraerlo. Y, una vez interesado, podrá leer más cosas en las fotos. Lo que no espero es que mis fotos cambien nada. Eso es muy ingenuo.
“Souvenir” está también muy vinculada con sus inicios: Parr captó sus primeras instantáneas hace casi treinta años en la costa de New Brighton, típico lugar vacacional de la clase media británica. Sin tapujos, ya “coleccionaba” en aquella obra inicial arenas sucias, niños obesos y playas tomadas por los desperdicios a los que no dejan de remitirnos sus instantáneas presentes en Barcelona, que también desprenden exceso, masificación y aires kitsch, honestidad y crudeza.
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