¿Qué es lo que queda si sustraigo el hecho de que mi brazo sube del hecho de que alzo mi brazo? Dijo Wittgenstein. ¿Una petición de ayuda, un saludo, una amenaza? Si el significado de ese movimiento tan simple viene determinado por su intención y por su contexto, el gesto artístico también puede ser interpretado de una u otra forma según intenciones y contextos y hasta el germen de la ambigüedad de ese proceso de producción, distribución, recepción y documentación artística viaja la obra del creador mexicano Mario García Torres, que hasta el 12 de abril expone en la Galería Elba Benítez.
La pieza fundamental de la muestra lleva por título Xoco, the Kid Who Loved Being Bored (cont.): se trata de un film de animación que se proyecta sobre una de las paredes de la sala madrileña junto a diversos forillos pintados semejantes a los utilizados por animadores profesionales. La obra retoma de nuevo la figura de Xoco, recurrente en las películas y libros recientes del artista; se trata de un personaje cuyo rasgo determinante es la inacción: no hace nada y celebra el aburrimiento como cualidad zen y emancipatoria.
El marco de la película es, en este caso, el espacio de la exposición, y al yuxtaponerse la obra a los forillos, la navegación y la negociación de Xoco con el espacio adquieren una enorme riqueza de interpretaciones que convierten a Xoco en emblema del proceso de exposición y de su función esencial dentro de la construcción del significado artístico. Que este personaje nada haga no quiere decir que nada ocurra en el contexto de la muestra.
Otra película animada que García Torres exhibe en Elba Benítez es The Remains of a Never-seen-by-the-artist Animation, compuesta por un foundfootage que el creador recogió en la sala de montaje de un estudio de animación. La obra remite, en lo puramente visual, al cine experimental abstracto de los sesenta y los setenta pero también transluce los métodos de trabajo habituales del mexicano al ofrecer vidas nuevas a lo descartado y hacer un uso metafórico de la historia del arte.
García Torres, nacido en Monclova en 1975, trabaja en el campo del arte conceptual desde un enfoque crítico, lúdico y a su vez nostálgico. En sus intervenciones, proyecciones, videos e instalaciones busca cuestionar cómo se escribe la historia del arte y reclamar cierta atención sobre algunos momentos específicos más o menos olvidados, caminos que se abrieron y no fueron del todo transitados. Ha mostrado sus trabajos hasta ahora en la 52 Bienal de Venecia (2007), la 8 Bienal de Arte de Panamá (2008), la Trienal de Yokohama (2008), la 29 Bienal de São Paulo, la Bienal de Gwangju (2010), Documenta 13 (2012) y la 9 Bienal de Mercosul (2013), en la Barbican Art Gallery, Thyssen-Bornemizsa Art Contemporary,el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, la Tate Modern, el Stedelijk Museum, Zurich Kunsthalle, el Jeu de Paume, el Museo Reina Sofía y el Museo Vostell-Malpartida en 2013. Esta es su segunda exposición en la Galería Elba Benítez.
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