La trayectoria de Maribel Nazco no es precisamente breve -nació en La Palma hace 86 años, se formó en Bellas Artes en los años ochenta y continúa trabajando-, pero sus mayores muestras en la península tuvieron lugar en los setenta, así que muchos podrán saludar como un hallazgo las obras que tenemos ocasión de contemplar en “Sensualidad abstracta”, la exhibición que ahora le brinda José de la Mano y que tuvo su prólogo en la pasada edición de ARCO, adonde esta misma sala llevó también algunas de sus piezas. Son sus comisarios buenos conocedores de la carrera de la artista desde tiempo atrás: Isabel Tejeda e Isidro Hernández.
Consta esta exposición individual de propuestas datadas justamente en los setenta: trabajos en metal, en cuyo manejo se empleó Nazco en sus inicios, y también dibujos, meticulosos y relacionados con sus creaciones tridimensionales; forman parte, unos y otros, de una línea de estudio en la que persistió en los ochenta y que le llevó a emplear, en ensamblajes, cobre, acero, hierro, zinc o aluminio. Con ellos generaba relieves que, por su moldeado curvo, su pulido y la paradójica apariencia blanda de sus fragmentos, sugieren esa sensualidad que da título a la exhibición; evocan, desde una ambigüedad sutil acorde a su contexto, cuerpos que se funden y se expresan desde los matices del gris y su brillantez.
Su infancia y juventud transcurrieron en Los Llanos de Aridane, donde había nacido; con el fin de estudiar pintura, se trasladó a Tenerife, recibiendo clases de Mariano de Cossío, Álvaro Fariña y Pedro de Guezala en su Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, y más tarde, ya iniciados los sesenta, se convirtió en profesora de dibujo en la Escuela Central de Bellas Artes de Madrid, donde tuvo como maestros a Eduardo Chicharro Briones, Enrique Lafuente Ferrari o Gregorio Toledo.
En sus comienzos se relacionó con el colectivo Nuestro Arte, que pretendió una renovación de los códigos artísticos y literarios desde Tenerife, y participó en varias exposiciones colectivas hasta protagonizar su primera individual de la mano de Eduardo Westerdahl, en 1969. Fue a partir de ese momento cuando emprendió Nazco esos trabajos matéricos en metal, que pudo enseñar en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, la sala Conca de La Laguna, el Ateneo de Madrid o la Galería Juana Mordó. Sus siguientes individuales, en los setenta y en salas como Ramón Durán (Madrid), Aritza (Bilbao), Vegueta y Botticelli (Las Palmas) o Sarrió y Joan de Serrallonga (Barcelona), serían bien recibidas por la crítica, que en algún caso (el de Carlos Areán, entonces director del Museo Español de Arte Contemporáneo) se refirió a sus creaciones como escultopintura y valoró el elevado nivel de sugestión de esas formas orgánicas esbozadas tanto en el papel como en el metal. Llegó a escribir Maud Bonneaud: Estos cuerpos han tomado grandes baños de luna, han flotado y nadado de noche en el interminable río de la Vía Láctea, han rodado para pulimentarse en las vueltas del cielo.
Con evidente afán de experimentar y aprender, estudió Bellas Artes en La Laguna en los ochenta, dedicando su doctorado a profundizar en los procedimientos con los que podía innovarse en la aleación de metales (de la Facultad de Bellas Artes de esa universidad tinerfeña fue decana bastantes años), sin embargo, en esa misma etapa, desde 1985, prefirió dar a su obra un giro circular, hacia donde había comenzado: volvió a dedicarse únicamente a la pintura. No obstante, los metales no la abandonaron: en series como Iconos de la ciudad (1991) podemos apreciar cómo la plasmación de objetos metálicos ilusorios le servía para plantear naturalezas muertas de inspiración urbana. En esa senda, su proyecto más reciente se llama Jardín de los desechos y se basa en la acumulación de sedimentos y color; el pasado erotismo ha dado paso a la huella industrial en una autora también preocupada por la crisis medioambiental.
Esta exhibición supone su regreso a la palestra expositiva tras la retrospectiva que TEA. Tenerife Espacio de las Artes le brindó en 2012.
Maribel Nazco. “Sensualidad abstracta [años 70]”
JOSÉ DE LA MANO GALERÍA DE ARTE
C/ Zorrilla, 21
Bajo derecha
Madrid
Del 12 de septiembre al 26 de octubre de 2024
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