María Teresa Hincapié y lo sencillo reivindicativo

El MACBA repasa su producción performativa

Barcelona,

Su obra escapa a categorizaciones y tiene mucho que ver con el hallazgo de poesía en lo sencillo y de un cariz sagrado en las acciones simples, pero la recodamos sobre todo por sus aportaciones a la performance de duración extensa, a la que ella se refería como entrenamiento.

El MACBA de Barcelona acaba de abrir al público “Si este fuera un principio de infinito”, la primera exposición en repasar ampliamente la trayectoria de María Teresa Hincapié, artista colombiana fallecida en 2008, antes de llegar a los sesenta, que nos legó una producción basada en la acción lenta y estrechamente ligada a la reflexión sobre ciertos modos de vida contemporáneos, como el afán consumista, la hiperproductividad o una relación, quizá cada vez más compleja, con la naturaleza.

Vista de "María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito" en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll
Vista de “María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito” en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll

El recorrido de la muestra, comisariada por Emiliano Valdes y Claudia Segura y coproducida junto al MAAM. Museo de Arte Moderno de Medellín, se estructura a partir de esas claves temáticas e incide en su concepción del trabajo artístico como creación en movimiento y en su voluntad de comunión con el medio ambiente. Hincapié se inició en la dramaturgia, en el colectivo Acto Latino y bajo la influencia del polaco Jerzy Grotowski y su práctica del llamado teatro pobre; más adelante desarrollaría sus propias performances de larga duración, como la que fue la primera obra no objetual y efímera en recibir el primer premio del XXXIII Salón Nacional de Artistas colombiano: Una cosa es una cosa. En su realización, dispuso en el espacio expositivo que le concedió aquella cita todo lo que poseía en su casa y, con esas piezas, interactúo durante días.

El mismo galardón lo volvió a recibir seis años más tarde, gracias a otra performance: Divina Proporción. En esta ocasión, cuidó el césped que, desde aquella atención poética y atenta a la belleza de lo común, había dispuesto entre las junturas del suelo de hormigón. Entre sus propuestas más ambiciosas, sin embargo, alguna no cupo en las paredes: para llevar a cabo Hacia lo sagrado caminó desde Bogotá hasta San Agustín, un periplo de más de 500 kilómetros que le llevó veintiún días en los que tuvo que atravesar zonas en conflicto y alimentarse de panela y semillas.

María Teresa Hincapié. Divina proporción, 1996
María Teresa Hincapié. Divina proporción, 1996

En su andadura preparó acciones rituales de vocación mística que, en adelante, devendrían el eje de su práctica creativa mientras, a su vez, el mismo arte se convertía en el centro de su vida: a fines de esa década de los noventa, Hincapié compró la finca La Fruta en la Sierra Nevada de Santa Marta, cerca del asentamiento sagrado de los koguis; a ella solo podía accederse a pie y allí puso en marcha una residencia de artistas a la que bautizó como Aldea-Escuela, vigente casi hasta su fallecimiento.

Han llegado al MACBA, en esta exhibición que lleva el nombre de la primera tentativa performativa de esta autora más allá del teatro, vídeos, fotografías, documentación escrita por la propia Hincapié, material de archivo, testimonios visuales o diapositivas. Se inicia el recorrido con un Preámbulo que analiza su transición de lo escenográfico a lo performativo, para avanzar presentándonos el desarrollo de la mencionada Una cosa es una cosa y un conjunto de propuestas con la feminidad como asunto fundamental: Soy una mujer que ya no es una mujer, oda a lo que constantemente muta.

A continuación, el Museo recoge las búsquedas espirituales por las que se dejó llevar en Hacia lo sagrado, bucea en las ideas pedagógicas que puso en marcha en esa Aldea-Escuela y, en Pies que lamen y Esta tierra es mi cuerpo, ahonda respectivamente en su entendimiento del caminar y del trabajo lento como herramienta de pensamiento y crítica, y en su preocupación por la ecología.

Vista de "María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito" en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll
Vista de “María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito” en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll
Vista de "María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito" en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll
Vista de “María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito” en el MACBA. Fotografía: Miquel Coll

Buscando subrayar el carácter físico y gestual de sus piezas, pero también la conexión de estas con el silencio y la calma, otras voces se incorporan al desarrollo de la exposición. Se ha evitado reformular sus propuestas, así que estos artistas ofrecen los frutos de su inspiración en Hincapié: participan José Alejandro Restrepo, que fue su colaborador; la colombiana María José Arjona, la escritora cubana Coco Fusco y el colectivo Mapa Teatro (Colombia), cuya producción está íntimamente ligada a la suya.

Fusco trae a Barcelona Tus ojos serán una vana palabra, filme que recoge una peregrinación en lancha y bote y el lanzamiento de flores en Hart Island, pequeña isla junto al Bronx donde han sido enterrados enfermos de sida y COVID, además de indigentes y personas sin identificar; esta obra evoca la colocación por Hincapié de ofrendas florales en el interior de un convento en Ciudad de México. Arjona, por su parte, atendiendo a la relevancia en la práctica de la colombiana del deambular, nos presenta En silencio pero juntos; en sus palabras, un intento por rescatar la faceta pedagógica y acudir a acciones simples, como caminar o respirar, como movimientos de resistencia en tiempos en donde lo sagrado y el mismo cuerpo están en crisis. El MACBA ha trabajado, por cierto, conjuntamente con El Graner en la selección de los performers que darán vida a su idea mientras dure la exposición.

Por último y basándose en Una cosa es una cosa, Mapa Teatro desplegará una pieza sonora en diálogo con la voz de Hincapié. Tratarán de dar cuerpo, arquitectura, a la voz de la artista recogida en una grabación.

Hay que mencionar que esta muestra se produce en el año en que el MACBA ha adquirido en la Feria ARCO, a propuesta de su comité asesor y su equipo curatorial, la obra Vitrina (1989) de la artista colombiana, que durante el Encuentro Latinoamericano de Teatro Popular de ese año 89 intervino el escaparate de un local comercial. Ataviada con una bata azul, asumió el rol de quien se dedica a las tareas del hogar y durante ocho horas seguidas, a lo largo de tres días, hizo lo que se suponía que implicaba ser mujer a finales del siglo XX, barriendo, limpiando, peinándose o maquillándose.

El vidrio del ventanal fue, al tiempo, su soporte para escribir frases con un pintalabios rojo y lavarlas luego con jabón, o para empapelarlo con hojas de periódico en las que abría pequeños agujeros por los que asomaba ojos y boca. Los viandantes podían leer preguntas que la artista se hacía en torno al universo teatral o afirmaciones como Soy una mujer que vuela o Soy una mujer azul. Asimismo, dibujaba siluetas de mujer que aludían a la intención de crear un nuevo sujeto femenino que pusiera en cuestión lo genérico y denotara las contradicciones de esa convención con acciones consideradas banales, ritos cotidianos. Su imagen física se convirtió, así, en una proyección artística que apelaba a un mito fundacional que trascendía las barreras.

María Teresa Hincapié. Vitrina (fragmento), 1989-2000. Colección particular
María Teresa Hincapié. Vitrina (fragmento), 1989-2000. Colección particular

 

 

 

“María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito”

MACBA. MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE BARCELONA

Plaça dels Àngels, 1

Barcelona

Del 20 de septiembre de 2022 al 26 de febrero de 2023

 

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