Hace un año, prácticamente por estas fechas, Mar Arza presentaba en La Virreina de Barcelona “En vano”, un proyecto formado por piezas en distintas técnicas en las que planteaba las implicaciones de la tradicional dicotomía en el arte entre lo opaco y lo nítido, lo oscuro y lo transparente o la luz y la noche y, a la vez que desafiaba nuestra capacidad de observación, nos invitaba a plantearnos nuestro rol como traductores de lo que vemos desde nuestras particulares posiciones ideológicas o desde puntos de vista derivados de nuestro contexto personal y social. Por eso el centro de aquella muestra, comisariada por Valentín Roma, era una celosía.
Ahora, en su tercera muestra en la Galería Cànem de Castellón, su ciudad, Arza reflexiona, más que sobre la visión y su pérdida, sobre la noción del ser y el dejar de ser, terreno inquietante aún no bautizado al que ella se refiere como enser.
En las numerosas piezas recientes que componen la exposición, de nuevo elaboradas con técnicas y materiales diversos, encontraremos un inventario de vida, una recopilación de metáforas de la existencia que alude a nuestro afán por numerar y clasificar con voluntad de exhaustividad aquello que poseemos o que queremos recordar. Recuerda así Arza, además, que hace décadas, al pasar lista y encontrar lo mencionado en ese momento, solían anotarse al lado de su nombre expresiones como en ser, en su ser, tener en ser. Ante lo no presente, no se añadía nada: se acompañaba del silencio.
La artista ha querido trasladar esos conceptos más allá del tiempo y acercarlos al terreno de lo íntimo, partiendo de que ante una pérdida sin solución, ante la desaparición de seres que eran, de forma natural tendemos a poner en cuestión lo que sí continúa existiendo. Subraya esta autora que el no ser añorado genera resistencias a aceptar su silencio por parte de los que quedan, esperas e ilusiones de volver a oír la voz perdida, el imperio del recuerdo. A esa vigencia, mental y sentimental, de lo que fue es a la que la artista se refiere así, como enser, posible origen, al hacerse plural, del término enseres.
Estos son utensilios necesarios para el día a día de una casa o el desempeño de una profesión y, en el caso de la artística, acaban siendo muchos los empleados, todo lo disponible, sobre todo lo a priori innecesario y lo inmaterial: objetos, habituales o inesperados; experiencias, memorias y materiales reciclados que, por sí mismos, evocan huecos y ausencias, vacíos en ocasiones vinculados al dolor.
Esta exposición ha querido Arza convertirla en gran alegoría de lo que ya no es realidad literal o física, y sí es realidad artística; de lo que no tiene cuerpo pero sí puede ser revisitado.
Mar Arza. “ENSER”
c/ Antonio Maura, 6
Castellón de la Plana
Del 18 de mayo al 28 de junio de 2019
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