El Louvre anailiza al detalle la figura del famoso pintor
Del 26 de septiembre de 2008 al 5 de enero de 2009, en el Musée du Louvre de París Organizan: Musée du Louvre y Réunion des Musées Nationaux Comisarios: Dominique Thiébaut, conservador general del departamento de pintura del Louvre, y Giovanni Agosti, profesor de Historia del arte moderno en la Universidad Estatal de Milán Obras: 190 El Museo del Louvre de París comienza la nueva temporada con una gran exposición, que cuenta con un total de 190 obras, en la que se repasa de manera exhaustiva la trayectoria de Andrea Mantegna (Isola di Cartura, 1431 – Mantua, 1506), uno de los principales maestros del Renacimiento temprano en el norte de Italia.
MUSÉE DU LOUVRE
Quai du Louvre
París
En ella, se analizan minuciosamente las diversas etapas artísticas del creador, con el fin de descubrirnos la gran importancia que supusieron sus avances perspectívicos y su trazo escultural para los artistas de generaciones posteriores. Así mismo, la muestra nos revela, gracias a las obras de algunos creadores contemporáneos a Mantegna, cómo fluía el intercambio de ideas entre los distintos maestros, especialmente entre el protagonista de la muestra y sus cuñados, los venecianos hermanos Bellini (Giovanni y Gentile). Este gran proyecto expositivo, comisariado por Dominique Thiébaut y Giovanni Agosti, se presenta a través de diez grandes apartados que coinciden cronológicamente con distintas etapas de la carrera artística de Mantegna: sus inicios en Padua, la relación del pintor con Giovanni Bellini a raíz del matrimonio con su hermana Nicolosia, la realización del Retablo de San Zeno en Verona, su posterior estancia en Mantua, la factura del San Sebastián para la Capilla de Aguiperse, su actividad como pintor cortesano de los Gonzaga, los proyectos de la década de los noventa -cuya obra clave es la Madonna de la Victoria, encargada por Francesco II-, las piezas elaboradas para el Studiolo de Isabella dEste, el encargo del vaticano para pintar El trinfo de Cesar y, finalmente, la muestra se cierra con un apartado dedicado íntegramente a su legado, ensalzando su figura como precursor de la maniera moderna. Antes de llegar a la treintena Mantegna ya gozaba de gran fama entre sus contemporáneos, un prestigio que le llevó directamente a la corte del Marqués de Mantua, Ludovico Gonzaga, para quien realizó algunas de sus obras más celebradas. Muy influido por la escultura de Donatello, sus pinturas destacan por la marcada volumetría de las figuras y por su pasión hacia el mundo antiguo -posiblemente transmitida por su maestro, Squarcione- que queda patente en los motivos decorativos y arquitectónicos en torno a los que articula sus piezas. Entre los artistas que influyeron de forma notable en su obra hay que mencionar a Van der Weyden, cuyos trabajos debió contemplar en Ferrara; a Piero della Francesca, de quien toma modelos para algunas obras; y a los hermanos Bellini, todo un referente de la pintura veneciana en el Renacimiento. Su aportación más llamativa, aunque no por ello la de mayor importancia, la encontramos en el campo de la perspectiva, una ciencia que estudió en profundidad, como podemos comprobar en las escenografías envolventes de horizontes abiertos y en sus puntos de vista extremadamente bajos, gracias a los que consigue efectos espaciales tan chocantes como el de la famosa Lamentación ante Cristo muerto de 1490.
Créditos fotográficos: Andrea Mantegna. Dos figuras (el sacerdote Helqia y la profetisa Hulda), c. 1500-1502
Cincinatti Art Museum, 1927.406. © Cincinnati Art Museum Andrea Mantegna. La Crucifixión (el Calvario), c. 1457-1459
París, Musée du Louvre, dép. des Peintures, Inv. 368. © RMN / Thierry Le Mage Andrea Mantegna. La adoración de los magos, 1495 – 1500
Los Angeles, The J.P. Getty Museum, inv. 85 PA 417. © J. Paul Getty Museum, Los Angeles
Andrea Mantegna
Dos figuras (el sacerdote Helqia y la profetisa Hulda), c. 1500-1502
Andrea Mantegna
La Crucifixión (el Calvario), c. 1457-1459
Andrea Mantegna
La adoración de los magos, 1495 – 1500