Manolo Laguillo y los vacíos urbanos

El Museo Universidad de Navarra exhibe sus series pasadas y recientes

Pamplona,

Si hablamos de documentalismo urbano en España, tenemos que referirnos al fotógrafo madrileño Manolo Laguillo, que a finales de los años setenta comenzó a trabajar en la periferia y en determinadas zonas del casco antiguo de Barcelona para, desde mediados de los ochenta y sobre todo en los noventa, centrarse en la captación de las transformaciones metropolitanas que vivió la capital catalana a raíz de la preparación y celebración de los Juegos Olímpicos.

Estrechamente vinculado a esa ciudad también por su labor docente y teórica, ha desarrollado asimismo proyectos dentro y fuera de nuestro país, analizando en sus imágenes el urbanismo de México D.F., Nueva York, Berlín, Oporto o Madrid. Su interés constante por la urbe como tema se debe, en palabras del artista, a que es el objeto más grande que el ser humano puede fabricar y a que, de algún modo, todos somos sus autores: son obra de muchas generaciones de seres humanos, que en su mayor parte son anónimos. También se ha centrado en el medio urbano en cuanto que este está estrechamente vinculado a la historia de la fotografía, en razón de su modernidad: Existe una correspondencia temporal entre la fotografía y la ciudad actual, la que surge en el XIX: ambas realidades son exactamente contemporáneas. Además, es en las ciudades donde habita la inmensa mayoría de la población mundial.

Manolo Laguillo. Gran Vía de Barcelona, 9 de abril de 2020. VEGAP, 2021
Manolo Laguillo. Gran Vía de Barcelona, 9 de abril de 2020. VEGAP, 2021

Hasta el próximo marzo, el Museo Universidad de Navarra, en colaboración con La Virreina, le dedica la muestra “Proyectos: cuatro décadas”, que consta de veintiocho series en las que profundiza Laguillo en el impacto del paso del tiempo, la economía y las modas en las calles. Se han reunido casi tres centenares de imágenes fechadas desde los ochenta y hasta 2020; podremos destacar entre ellas las centradas en las inundaciones de Bilbao hace cuatro décadas, en la planta nuclear de Zorita de los Canes (Guadalajara), cerrada hace quince años y en la ciudad italiana de Trieste, así como los proyectos Japón (2014), Beirut (2017), Chicago (2019), El Estrecho de Gibraltar (2018-2019) y Barcelona. Abril 2020, realizado este último durante el confinamiento. Por primera vez se muestran al público también los trabajos Oporto y Las provincias 2014-2015, este último realizado por Laguillo en el marco del programa Tender Puentes del museo navarro, dialogando con sus fondos fotográficos.

Forman parte de él 65 dípticos llevados a cabo en Cáceres, Zamora, Palencia, Soria, Segovia, Teruel, Ciudad Real y Jaén; ciudades seleccionadas por su ubicación en el centro de España, allí donde, consideramos, se encuentra el poder y en la periferia, donde se sitúa buena parte de la industria fabril. Interesaba a este autor explorar lo que estos lugares mantienen de su pasado agrario, de sus arquitecturas y actividades comerciales previas a la industrialización de la segunda mitad del siglo pasado.

Manolo Laguillo. México DF. Edificio Canadá, 1992-1994. VEGAP, 2021
Manolo Laguillo. México DF. Edificio Canadá, 1992-1994. VEGAP, 2021

En unas y otras propuestas destaca su atención a los vacíos, a priori difíciles de encontrar en las ciudades modernas: atiende a desmontes, medianeras o solares con la voluntad de llamar nuestra atención sobre lo que antes hubo en ellos y desapareció o sobre lo que los ocupará. Los vacíos nos han hablado a menudo de ausencias a ocupar, como si por sí mismos no gozarán de completud: Aluden al lleno, tanto al que hubo como al que habrá. Mediante los vacíos hago referencia a la dimensión temporal, que por principio siempre le falta a la imagen fotográfica, dice Laguillo.

Es habitual que sus obras se etiqueten como nueva topografía, esa corriente que irrumpió en los setenta en la fotografía internacional y que conjugaba la precisión técnica de la imagen documental con la mirada a la ciudad propia del flâneur, esto es, a pie de calle o a ras de suelo, como si también los paseos, los desplazamientos, pudieran representarse. A este respecto, hay que subrayar que en las capturas de Laguillo no se da la presencia humana, por varias razones: la distancia desde la que trabaja implica que las figuras, de haberlas, apenas se adviertan; suele esperar a que no haya personas en los escenarios/enclaves elegidos y le interesa conducir la mirada del espectador allí donde los habitantes de la ciudad no suelen prestar atención: a la anatomía de la urbe, su estructura, lo esencial. Esas causas tienen que ver también con su recurso frecuente al blanco y negro.

Podemos entender esta exhibición navarra como parte de una trilogía formada antes por una primera antología en el MACBA, allá por 2007, que prestaba especial atención a sus series barcelonesas entre los setenta y los noventa y por la retrospectiva que en 2013 le brindó el Museo ICO, “Razón y ciudad”. A partir de entonces comenzó el artista un periodo que él mismo bautizó como reaprendizaje del oficio y ajuste de cuentas con su producción anterior.

Manolo Laguillo. Matosinhos, Álvaro Siza, 1988. VEGAP, 2021
Manolo Laguillo. Matosinhos, Álvaro Siza, 1988. VEGAP, 2021

 

 

“Proyectos: cuatro décadas. Manolo Laguillo”

MUSEO UNIVERSIDAD DE NAVARRA

Campus Universitario, s/n

Pamplona

Del 27 de octubre de 2021 al marzo de 2022

 

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