Una década después de que resultara nominada al Turner Prize por una exhibición presentada en la sala Chisenhale de Londres (un año antes, en 2012, fue galardonada con el Future Generation Art Prize del Pinchuk Art Centre), el Museo Guggenheim Bilbao abre la primera gran muestra en España de Lynette Yiadom-Boakye, artista británica de origen ghanés que en los últimos años ha expuesto, además, en la Serpentine Gallery, Haus der Kunst, Kunsthalle Basel, el New Museum of Contemporary Art, la Tate Britain, el MUDAM de Luxemburgo o el Moderna Museet de Estocolmo.
Formada en el Saint Martins College of Art and Design, el Falmouth College of Arts y las Royal Academy Schools, dedica su producción pictórica a personajes que son ficticios y nos los presenta ajenos a referencias temporales y sobre fondos teatrales: su actitud o acciones, también su vestimenta, remiten a instantes cotidianos, a sensaciones de alegría o soledad, mientras los títulos de esas composiciones tienen que ver con la faceta de Yiadom-Boakye como escritora y, más que explicar sus trabajos, los acompañan proponiendo reflexiones a quien los contempla.
La muestra bilbaína, “Ningún ocaso tan intenso”, reúne sesenta pinturas y dibujos al carboncillo que ha realizado esta autora en los últimos tres años y que hasta ahora no había expuesto al público; en concreto esa técnica al carboncillo la ha retomado recientemente, tras un tiempo dejándola al margen de sus prácticas, y la conjunción de dibujos y pinturas en un mismo montaje permitirá al espectador apreciar la inmediatez, e incluso la improvisación, que posibilitan la pequeña escala y el lápiz, así como el buen manejo de ambos soportes por Yiadom-Boakye.
Trabaja la británica al óleo, bien sobre lino rugoso o bien sobre lienzo, aplicando pinceladas sueltas y en estos retratos no recurre a modelos, sino a fuentes diversas, desde dibujos y recortes que colecciona a sus observaciones personales de su entorno o sus recuerdos. Ni siquiera la indumentaria o el calzado -o su ausencia- ofrecen datos sobre el contexto espacial o temporal de las figuras y ese misterio se acentúa a veces con la ocasional presencia de animales (aves, zorros, búhos y perros), que ejercen en las imágenes como mascotas por más que puedan ser especies salvajes. Inevitablemente, esta intriga lleva al espectador a tratar de adentrarse en el imaginario de la artista y en la posible narratividad de las escenas, atracción que refuerza lo poético, como decíamos, de sus títulos: Escribo sobre lo que no puedo pintar y pinto lo que no puedo escribir, dice.
En lo puramente formal, a Yiadom-Boakye le interesa estudiar hasta dónde le permiten llegar las gradaciones del color, la materialidad de los trazos y los métodos compositivos; esa atención a lo técnico tiene que ver con que evolucionara desde el trabajo con modelos vivos a la representación de figuras de su propia creación; paulatinamente su estilo se ha hecho más espontáneo y expresivo y menos preciso.
Además de en las exploraciones particulares sobre su entorno, se inspira esta creadora en la literatura y la poesía, muy especialmente en los textos de James Baldwin, Okwui Enwezor y Toni Morrison, de ahí que estos puedan consultarse en una sala de lectura anexa a la exhibición; también ha preparado la artista una lista de reproducción específicamente concebida para el proyecto del Guggenheim. Un escritor y cineasta, Kodwo Eshun, ha hecho asimismo sus aportaciones en el catálogo, donde igualmente nos espera un nuevo escrito de Yiadom, Remando hacia el sur en busca de ayuda.
“Lynette Yiadom-Boakye. Ningún ocaso tan intenso”
Avenida Abandoibarra, 2
Bilbao
Del 31 de marzo al 10 de septiembre de 2023
