Luis Claramunt: el viaje vertical

Luis Claramunt. Sin título. La muela de oro, 1991

El MACBA rastrea la producción del artista barcelonés haciendo hincapié en sus facetas menos conocidas: las de dibujante, fotógrafo y editor

Barcelona, 13/07/2012


“Luis claramunt. El viaje vertical”

MACBA
Plaza dels Angels, 1
08001 Barcelona
Del 13 de julio al 21 de octubre de 2012
De lunes a viernes, de 11:00 a 19:30 horas
Sábados, de 10:00 a 20:00 horas
Domingos, de 10:00 a 15:00 horas
Marts cerrado

De formación autodidacta, el artista barcelonés Luis Claramunt formó parte de una generación de creadores catalanes que comenzaron a desarrollar su producción en la Cataluña de los años setenta, coincidiendo con la eclosión de un arte politizado, experimental y cercano a la subcultura popular que extendió sus propósitos de cambio a la literatura y el cine.

En aquel contexto, Claramunt no buscó referentes en las vanguardias, sino que se centró en la pintura, inspirándose primero en Nonell para después ir construyendo su propio estilo a medida que se alejaba, física y socialmente, de Barcelona.

Luis Claramunt. Estación del Norte, 1984. Colección particular, Barcelona

El MACBA inaugura hoy la primera retrospectiva dedicada al artista, “El viaje vertical”, en la que, además de sus pinturas, se reúnen sus dibujos, sus trabajos fotográficos y los libros que autoeditó como complemento a su labor. La muestra hace hincapié en la estrecha relación e la vida y la obra del artista, que plasmó en numerosas ocasiones paisajes y vistas urbanas de Madrid, Sevilla, Bilbao y Marrakech que constantemente nos remiten a topografías literarias, ficciones y relatos cuya materia e imagen se simplifica hasta devenir en rasgos caligráficos.

Mantiene un montaje cronológico, pero la exposición se inicia con una amplia selección de los dibujos y libros autoeditados por Claramunt entre 1994 y 1999 a modo de introducción interpretar su producción pictórica. Nos sugieren que el procedimiento de trabajo del catalán nace de la inmediatez de la percepción y de la mediación de la memoria, tanto de las ciudades como de sus lecturas.

Luis Claramunt. Embarcadero, 1985. Galería Estrany de la Mota

Para Claramunt, el dibujo representaba una forma de habitar y entender los espacios por los que transitaba, por ello estas obras solían enmarcarse ni exponerse en galerías; sino que eran fotocopiados sobre papeles de colores para destacar su cualidad gráfica, el gesto y la secuencia.

Una pequeña sala del MACBA está dedicada a sus figuras-retratos, inspiradas en la lectura de La isla del tesoro. En ella pueden verse sus cuadros de Barcelona, interiores de tablaos o escenas urbanos que delatan un grafismo febril en el que se confunden la arquitectura con los cuerpos y los objetos, abriendo sus contornos y troceando las figuras. Llaman la atención los cambios en el uso del color y el empleo de la mancha como elemento estructural en sus composiciones.

Las series realizadas entre 1986 y 1988 dedicadas a Marruecos y al mundo taurino suponen un punto de inflexión en la producción de Claramunt. En el camino que va de la mancha casi monocroma a la línea al grafismo seco de sus últimas composiciones de toro se resume un proceso de vaciamiento espacial en el que su obra pasa a ser más escueta, más dura, más cerebral y más concreta.

Luis Claramunt. Ice Storm, 1999.  Cortesia de la Col·lecció Ehrhardt Viña. Foto: Jorge Oronoz    Luis Claramunt. Sèrie 4/94 Bilbao, 1994. Cortesia de la família Claramunt Fotografia: Vanessa Miralles

Ya a comienzos de los noventa, el barcelonés convirtió su deambular urbano en un modo de registro casual, haciendo fotos sin intención previa. El trabajo de su última década, en la que el mar cobró gran relevancia, como demuestran sus series Mar Rojo y Mar Negro (1997) o Naufragios y tormentas (1999) concluye la muestra.

Como punto final a “El viaje vertical” se ha habilitado un espacio de lectura con algunos “facsímiles” de los libros de Claramunt, las novelas que inspiraron su trabajo y grabaciones de flamenco, una de sus pasiones.

En paralelo a la exposición, el MNAC presenta “Nonell y Claramunt. Registros de lo urbano“, un proyecto coorganizado con el MACBA que busca establecer un diálogo entre la tradición de artistas como Nonell y los valores estéticos de Claramunt.

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