Lucian Freud en sus retratos

La National Portrait Gallery de Londres inaugura mañana la primera gran individual del artista tras su muerte el año pasado

“Siempre he querido crear drama en mis imágenes. Por esa razón pintó a la gente. Son las personas las que han traído el drama a mis obras desde el principio. Los gestos humanos más simples cuentan historias”.

 

Son palabras del recientemente fallecido Lucian Freud, uno de los artistas británicos más influyentes de su generación y del siglo XX. La National Portrait Gallery de Londres abrirá mañana al público “Lucian Freud. Portraits”, primera gran exposición que se le dedica tras su desaparición en julio de 2011 y la primera también en centrase en exclusiva en los retratos que el pintor de la carnalidad elaboró a lo largo de sus más de setenta años de trayectoria.

 

Organizada en sus inicios con la estrecha colaboración de Freud, esta exhibición se estructura cronológicamente atendiendo a las sucesivas etapas que marcan su carrera para ayudarnos a comprender la evolución estilística del artista y su creciente virtuosismo técnico. Amantes, amigos y familiares, la gente de su vida, en sus propias palabras, se dejaron retratar bajo la implacable intensidad observadora de Freud, siempre atento a captar la psicología de sus modelos a través de miradas, posturas, gestos.

 

Las más de cien pinturas que componen esta muestra proceden de museos y colecciones particulares de todo el mundo, y algunas nunca antes se habían expuesto al público.

 

La pintura de Freud debe su originalidad a su enfoque de la figura humana, fundamentalmente desnuda y haciendo siempre visible su turbadora densidad carnal. Él mismo declaraba: Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mi mismo un idéntico efecto que la carne.

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