Los viajes de Ángel Mateo Charris

La idea de viaje, sea a escenarios cercanos, como su República de Cartagena cotidiana, o a lugares más lejanos, como Laponia, África, la Bélgica de Spilliaert o la América de Hopper, siempre ha estado muy presente en la obra de Ángel Mateo Charris; y la mirada que el artista presenta en sus trabajos tiene rasgos también del enfoque del viajero, dispuesto a dejarse sorprender.

Sus trabajos, basados en el trazo de líneas muy definidas, entremezclan imágenes que nos resultan familiares y otras desconocidas en una suerte de collage de contenidos que a veces se contraponen y en los que la narratividad puede mostrarse de forma explícita o bien apenas perceptible.

En la Galería Siboney de Santander (desde el 14 de noviembre hasta el 16 de diciembre) y en la Galería Trama de Barcelona (desde el 12 de noviembre hasta el 7 de enero), Charris presenta una de sus series más recientes, “Los mares del Tiki”, que nos traslada a paradisiacos paisajes del Pacífico (Hawai, la Polinesia francesa, Nueva Zelanda) y también nos acerca a la cultura tiki, que, tras la II Guerra Mundial, se extendió desde América por Occidente a través de una estética en la que se mezclaba lo primitivo, lo kitsch, lo erótico y un evidente optimismo.

En “Los mares del Tiki”, Charris entrelaza la imagen que nos hemos formado de las playas del Pacífico a partir de las aportaciones literarias, artísticas y cinematográficas de autores como Robert Louis Stevenson, Melville, Jack London, Gauguin o Murnau, que dibujaron aquellas islas como espacios ajenos a cualquier preocupación propia de la vida moderna, con lo puramente real, de modo que en estas imágenes de nuevo se unen lo falso y lo verdadero, la ironía y la reflexión. No hay en ellas un solo nivel de significado.

La literatura siempre ha estado muy presente en la producción de Charris, que ya ha ilustrado a Dickens, Conrad o Kafka. El cómic también es otra influencia evidente en su trabajo, que en sus inicios se mantuvo próximo al Pop pero que con el tiempo ha asimilado una profunda variedad de fuentes, entre ellas el diseño gráfico, en el que el artista se formó al concluir sus estudios de Bellas Artes en la Universidad San Carlos de Valencia, o el imaginario visual de los medios de comunicación.

La exposición se completa con un libro que también se titulará “Los mares del Tiki” y que contará con textos de Sema D’Acosta, Eloy Fernández Porta, Juan Manuel Bonet y el propio Charris.