Los mejores trabajos de la Edad de Oro de la pintura holandesa y flamenca recalan en Bilbao

El Museo Guggenheim acoge una gran muestra con fondos del Städel Museum

Comisario: Jochen Sander, Subdirector y Conservador de pintura alemana, flamenca y holandesa del Stádel Museum

Obras: 130

Patrocina: Fundación BBVA

Buena parte de las obras que componen la amplia colección del Städel Museum de Frankfurt centrada en la Edad de Oro de la pintura flamenca y holandesa se muestran ahora en Bilbao. En su mayoría, las piezas seleccionadas no se habían mostrado nunca antes al público en España y evidenciarán, tanto en el caso de pinturas de historia o de género como en el de bodegones, retratos y paisajes, los ideales y gustos específicos de la élite social neerlandesa de aquel periodo.

Entre los más de 80 artistas representados en esta exhibición, que podrá visitarse hasta finales de enero de 2011, figuran maestros como Vermeer, Frans Hals, Rembrandt, Rubens, los Brueghel, Teniers, Jordaens, Jan Steen o Adrian Brouwer. Sus obras nos trasladan a la Holanda de las décadas posteriores a 1568, cuando los Países Bajos se rebelaron contra el dominio español de los Habsburgo y lograron convertirse en potencia comercial internacional. Ello permitió a los comerciantes burgueses amasar grandes fortunas, con las que en parte financiaron las pinturas con las que adornaron sus estancias, trabajos que encargaron a los mejores creadores del momento y que reflejaron sus valores e ideales.

Quizá la pieza presente en la muestra que mejor represente los logros de esa llamada Edad de Oro, periodo que se extiende hasta comienzos del siglo XVIII, sea El geógrafo de Vermeer, por la elegancia de su cromatismo, su delicadeza óptica y su estrecha relación con la ciencia.

La exposición se articula en torno a cinco ejes temáticos, coincidentes con los géneros de la naturaleza muerta, la historia, el paisaje, el retrato y la pintura de género e interior. Esta clasificación tiene especial sentido si hablamos del arte flamenco, ya que el bodegón se estableció como género pictórico independiente precisamente en los Países Bajos (aunque también en Italia) a finales del siglo XVI; la pintura de historia gozó de especial acepción en la Holanda del siglo XVII; las representaciones pictóricas de barcos navegando en escenarios de mares tempestuosos o en calma fueron fuertemente demandadas por la burguesía flamenca; los retratos, especialmente los colectivos, también constituyen una seña de identidad de la sociedad holandesa del momento al cumplir una función social entonces esencial, la de resaltar la riqueza y el status de sus protagonistas y las obras de género, especialmente las que hacían alusión a ejemplos de vida depravada o amoral, fueron ampliamente coleccionadas por burgueses de elevada posición y educación cultivada.

Coincidiendo con la muestra, el Museo Guggenheim Bilbao ha programado diversas actividades explicativas de la misma destinadas a todos los públicos. Pueden consultarse aquí.