No hay verdades absolutas en la obra de la artista malagueña Regina de Miguel, cuyos procesos de trabajo son a la vez metódicos e intuitivos y tienen también algo de arqueológicos, pues a menudo exploran capas de interconexiones remotas entre elementos de la realidad que nunca sospecharíamos que pudieran enlazarse. Lo cotidiano deviene en sus manos un mar de incógnitas.
El centro DA2 de Salamanca, bajo el comisariado de Playtime Audiovisuales, presenta hasta el 5 de junio una muestra que forma parte del ciclo Visiones Contemporáneas en la que De Miguel analiza desde planteamientos ilusorios las relaciones entre el espacio -corresponda este a arquitecturas, lugares de la memoria o interiores domésticos- y la identidad de quien lo habita en sus aspectos político, cultural y personal.
Una vez más, la andaluza plantea una confrontación casi científica entre el individuo y el mundo que lo rodea a través de trabajos en formatos muy diversos, desde cartografías dibujadas hasta piezas audiovisuales. En este caso, ese entorno al que el individuo ha de enfrentarse toma la forma del conocimiento científico, que provoca en la artista tanta fascinación como dudas; lo contempla desde una perspectiva crítica, planteando hasta qué punto puede estar influido por intereses creados, y también lo interpela estéticamente.
Según Regina de Miguel, el conocimiento no es algo externo a lo que los individuos acceden. Es un mecanismo de producción de mundo y de subjetividad provocado por el solapamiento de numerosas interferencias, algunas de las cuales practican una invisibilidad estratégica.
Es posible que tampoco la ciencia sea inocente y, frente a creadores que la han incorporado a su producción simplificándola, o a aquellos que han optado por aislarla del universo arte, la malagueña ha destacado por otorgar a su producción, y a sus procedimientos de trabajo, un valor y un rigor netamente científicos.
También indaga la artista en las implicaciones de nuestra tendencia a proyectar deseos en un futuro al que concedemos carácter utópico, y al que convertimos un espacio de conflictos derivados de ese deseo de planificar y de nuestra costumbre de proyectar en el mañana miedos y esperanzas, una costumbre que, si nos fijamos, se da tanto en el ámbito individual como en el colectivo. Es en este contexto en el que Regina recurre a la utilización de la ciencia ficción, dado que otras tecnologías futuristas han demostrado quedar agotadas en este sentido o solo se han abordado de manera preliminar, y la aplica no solo a sus films, también a textos, piezas sonoras, pedagogía, esculturas o instalaciones. En este caso presenta los vídeos Nouvelle Science Vague Fiction, El conocimiento nunca viene solo y Una historia contada desde abajo (Prólogo).
Más adelante participarán en Visiones Contemporáneas en Salamanca Lois Patiño y el Colectivo Momu & No Es. Este ciclo se dedica al examen de las últimas tendencias del cine y el vídeo en nuestro país.
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