Los diálogos de Eugenio Ampudia llegan a Marrakech

Eugenio Ampudia. Diálogos

Se presentan en el Instituto Cervantes cinco vídeos del artista vallisoletano relativos a la construcción de la memoria histórica

Bajo el comisariado de Elisa Hernando, responsable de Arte Global, el Instituto Cervantes de Marrakech abre mañana al público la muestra “Diálogos”, en la que el videoartista Eugenia Ampudia estudia las relaciones pasadas y presentes entre las culturas oriental y occidental, haciendo hincapié en sus vínculos culturales e históricos.

Becado en 2008 por la Delfina Foundation de Londres y galardonado el mismo año con el premio AECA al mejor artista español en ARCO, Ampudia ha indagado hasta el momento, desde una actitud crítica, en la labor del artista como gestor de ideas, en sus procesos y su perfil político, en el significado de la obra de arte, sus estrategias de producción y en la eficacia de los espacios expositivos.

Su obra forma parte de las colecciones del Museo Reina Sofía, el MUSAC, Artium, la Fundación La Caixa, el IVAM, la Fundació Pilar i Joan Miró y la Comunidad de Madrid y los cinco vídeos que conforman “Diálogos” se han expuesto ya en diversas sedes internacionales antes de recalar en Marrakech. Se trata de Dónde dormir 1 (Goya); Dónde dormir 2 (Alhambra); Puertas, Poniente y Reflexión.

El primero fue realizado en el Museo del Prado y muestra a un personaje (el artista) que duerme plácidamente bajo la obra de Goya Los fusilamientos del 3 de mayo. Ampudia busca reflexionar en él sobre los límites entre el espacio público y el privado y la memoria histórica a partir de la que construimos el lugar social y proponer una reformulación de nuestro habitar en el espacio público. El segundo se desarrolla en la Alhambra y nos muestra a un personaje que duerme en una de las salas del monumento. Por su parte, Poniente y Reflexión tienen también a La Alhambra como protagonista y en ellas Ampudia desarrolla una respuesta artística a la yuxtaposición y diálogo de las diferentes culturas que ejercieron influencia en La Alhambra. Si en Poniente el artista utiliza imágenes del atardecer y la puesta de sol en La Alhambra para reflexionar sobre la dimensión del edificio arquitectónico y su entorno, en Reflexión, un personaje y su reflejo danzan en la alberca del patio de Arrayanes. Su movimiento al unísono se transforma en una conversación entre dos partes independientes pero a la vez inseparables. Por último, en Puertas, una persona de color vestida de marino americano baila dentro del marco de todas las puertas de la Alhambra. Los vanos van alternando su tamaño en relación al personaje, que parece encuadrarse en ellas al ritmo de una marcha militar.