Fotografías, collages y animaciones de Marga Garrido, María Platero, Lola Guerrera y Alfonso Brezmes se exponen en la Voz Galerie de París
Metamorfosis y transformaciones son los ejes del trabajo de Lola Guerrera, María Platero, Marga Garrido y Alfonso Brezmes, los cuatro fotógrafos españoles que, entre los próximos días 6 de mayo y 31 de julio, muestran su obra en la Voz Galerie de la capital francesa. Tienen también en común su uso imaginativo de materiales, e incluso de alimentos, para dar vida a imágenes que modifican nuestro modo de contemplar tanto nuestro entorno cotidiano como el medio ambiente.
La originalidad de su producción reside en encontrar lo bello en lo inútil, lo inesperado en lo banal, lo maravilloso en lo efímero. Más allá de la poesía visual y de la perfección formal que emanan sus fotografías, estas obras nos recuerdan la naturaleza frágil de todo cuanto nos rodea y el lado absurdo de nuestras vidas y nos interrogan sobre nuestra percepción de la realidad y nuestra conexión con la misma.
Brezmes expone en París trabajos de su serie Paraíso en obras que nos trasladan a una especie de Edén perdido no regido por normas racionales o predecibles. Reina en estas imágenes una atmósfera de caos donde todo podría suceder. Criaturas extrañas se cruzan entre la bruma: personajes misteriosos, exploradores, viajeros, niños perdidos…
Brezmes representa los restos de un mundo idílico lleno de ironía y de esperanza. Sus escenarios parecen los de un cuento concebido para adultos.
Marga Garrido, por su parte, plasma paisajes ideales inventados o inhabitados que parecen salidos de un sueño y que se conciben a partir de tierra, agua, café o azúcar. En sus propias palabras, el centro de sus trabajos es el paisaje como género artístico, los valores que se le asocian… Trabaja a menudo con la fotografía, pero reconoce que la emplea sólo como herramienta, porque cree que el espectador sigue pensando que lo que ésta muestra es cierto y a Garrido le fascina experimentar con ese sentimiento.
La pluridisciplinar Lola Guerrera mezcla en sus trabajos escultura, fotografía e instalación. La idea de la transformación es crucial en toda su obra y también en la serie que ahora exhibe en París: Delicias en mi jardín, en la que modifica paisajes naturales mediante la incorporación de origamis que representan animales, plantas o flores. Sus imágenes nos hablan del ritmo frenético de la sociedad contemporánea, cuestionan el uso industrial masificado de la materia y nos recuerdan, de nuevo, el carácter efímero de cuanto nos rodea.
Por último, María Platero se sirve de la ambigüedad y del absurdo para encontrar la belleza en lo insignificante, en la vulnerabilidad humana y en sus momentos ridículos. Su serie La búsqueda de Mary Decker consta de imágenes de situaciones banales que parecen suspendidas en el tiempo y que, por ello, se convierten en extraordinarias.
Cargados de un cierto pathos, estos trabajos están atravesados por un humor absurdo que juega con la imaginación del público, capaz de empatizar por completo con los retratados. En sus imágenes, el imperio del orden se convierte inevitablemente en un concepto irónico y absurdo, y, lo aleatorio, en inevitable.