La obra de Marina Anaya continúa respirando optimismo y mostrándonos escenas felices y llenas de vida y movimiento, siempre dominadas por formas amables (las de los abrazos, las del vuelo de los pájaros), por colores vibrantes y por la plasmación de una naturaleza que parece bullir. Cobra importancia la presencia del viento, frío o cálido, representado a veces como brisa suave capaz de acariciar, otras como viento enérgico.
La artista palentina, que reside y crea en Madrid desde 1998, trabaja en los campos de la pintura, el grabado y la escultura y, más puntualmente, en diseño e ilustración. Sus procesos de trabajo son especialmente respetuosos con el medio ambiente: utiliza productos no tóxicos.
Sus obras más recientes podemos verlas, del 7 de noviembre al 10 de diciembre en la Galería Ormolú de Pamplona, con motivo de la exposición “La voz del aire”, y del 13 de noviembre al 18 de diciembre en la Sala de exposiciones C.E.E. de Puerto Rico, bajo el título de “Pregúntale al viento”.
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