Liliana Porter: obsesiones entre la realidad y su representación

Espacio Mínimo presenta su sexta muestra individual de la artista argentina

Del 20 de enero al 5 de marzo de 2011, en la Galería Espacio Mínimo de Madrid

La madrileña Galería Espacio Mínimo representa desde 1998 a la creadora argentina afincada en Nueva York Liliana Porter, cuyos trabajos ha mostrado en seis ocasiones de manera individual en sus espacios y, ya de forma colectiva, en numerosas ferias internacionales, como Art Basel Miami Beach, ARCOmadrid, la Frieze Art Fair, PINTA o ZONA MACO.

A partir de mañana, la sala nos presenta “Situations with Levitating Rabbit”, muestra articulada en torno a la pintura a gran formato del mismo nombre en la que Porter aúna recursos propios no sólo del medio pictórico, también de la escultura, la instalación y los objetos encontrados. En las obras que hasta marzo veremos en Madrid, la bonaerense plasma sus principales referentes y obsesiones (entre ellas el citado conejo levitando) para cuestionarse, en ejercicios que van más allá del lenguaje, las fronteras entre la realidad y su plasmación o enunciación artística.

La exploración de dicha frontera ha constituido una preocupación de índole filosófica fundamental para Liliana Porter desde que, ya en las décadas de los sesenta y los setenta, comenzara a fraguar personales códigos que indagasen en la naturaleza de la representación y en sus consecuencias. Esos códigos se basan en invitar al público a replantearse su relación con las representaciones que contempla.

Así mismo en los cuadros (casi obras de arte globales) que la artista presenta en Espacio Mínimo, la artista incide en la relevancia que ha concedido siempre a los fondos, entendidos como superficie, como soporte, como espacio vacío, en definitiva como lugar de ausencia susceptible de acoger una identidad que después será trazada y confirmada.

Los espacios blancos que sirven de fondo a los trabajos de esta muestra son escenarios en los que tienen lugar acciones y situaciones que recrean diálogos imposibles, juegos de ausencias y presencias, ilusiones reales y apariencias certeras que desafían los límites de la percepción del espectador. Del mismo modo que los textos de Borges nos incitan a adquirir la habilidad necesaria para convertirnos en excelentes lectores, la producción de Liliana Porter no puede contemplarse de manera pasiva, sino dinámica.

Cofundadora, junto a Luis Camnitzer y José Guillermo Castillo, del New York Graphic Work Shop, Porter obtuvo en 1980 la Beca Guggenheim y, en 1985, la de la New York Foundation for the Arts. En 1973 expuso individualmente en el MoMA y su obra forma parte de las colecciones del Metropolitan Museum, la Tate Modern, el Whitney Museum o el propio Museum of Modern Art de Nueva York.

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