Lidia Benavides, la luz y el vacío

La artista madrileña presenta seis piezas montadas en cajas de luz en la Galería Pilar Serra

Lidia Benavides

GALERÍA PILAR SERRA (ANTIGUA GALERÍA ESTIARTE)

c/ Santa Engracia, 6 bajo

Madrid

Madrid,

Se diría que fuesen de un cielo perlino en la incierta hora del alba, aparentemente apenas si hay nada que no sea la nada misma o, dicho de otro modo, se constituyen solo mediante el casi imperceptible roce de la luz sobre la comba superficie transparente de la esfera. Así se refiere Mariano Navarro a la media docena de imágenes ligeras y etéreas montadas en cajas de luz que la artista madrileña Lidia Benavides presenta, desde mañana y hasta el 12 de julio, en la Galería Pilar Serra.

Esta creadora, Doctora en Bellas Artes en la Universidad Complutense, siempre ha basado sus investigaciones en el uso de la luz como lenguaje visual autónomo y como generadora de nuevos significados relacionados con el espacio, la percepción y el movimiento.

Fue en 1998 cuando Benavides comenzó a adentrarse en las complejidades del empleo de la luz y la dicotomía iluminación natural/iluminación artificial a través de fotografías, vídeos, instalaciones y cajas de luz, siempre desarrollados en series.

Hasta la fecha, ha indagado en el modelado de haces, reflejos y refracciones en tomas de luz día y fuentes de luz eléctrica; en las longitudes de onda invisibles al ojo humano, el artificio óptico que sirve para ver aumentados los objetos mediante una cámara oscura y en la pureza, la sutileza y las veladuras que puede ofrecer la luz como base de la creación.

El último proyecto de Benavides investiga los conceptos de vacuidad y espacio, al retomar las teorías que afirman que la vacuidad no es la nada sino la naturaleza real de los fenómenos, según explican el budismo, el taoísmo y la física cuántica.

Anteriormente, como parte de uno de sus trabajos más significativos, Benavides se trasladó a la Plataforma Solar de Almería, organismo dependiente del Ministerio de Educación situado en el desierto de Tabernas, donde se entrevistó con el personal investigador y realizó varias visitas a las instalaciones para trasladar a su particular lenguaje artístico los últimos avances en energía solar. Sun oven fue el título de aquel proyecto, que inició una etapa menos abstracta, de fotoinstalaciones de grandes proporciones formadas por un mosaico de imágenes fotográficas, reflejando el sol en los espejos de plata del propio Horno Solar y que dan la sensación de una prculiar superficie de oro.

Dos años después fue el Instituto Astrofísico de Canarias, con sus telescopios e instalaciones del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma, el objeto de sus investigaciones, que dieron lugar a otro proyecto, Gamma, expuesto en la Galería Estiarte (ahora Pilar Serra) en 2010. Al año siguiente se trasladó a Berlín para visitar diversas instalaciones y plataformas solares en la ciudad y sus alrededores, resultando unas obras en las que mediante el tratamiento del color digital y pictórico de las imágenes transformó la austeridad de las instalaciones en un universo lleno de color y energía.

Comentarios