Arte para todos: Léger

El IVAM repasa sus imágenes de la vida moderna

Valencia,

Tras su paso hasta el pasado marzo por Tate Liverpool, este mes ha recalado en el Instituto Valenciano de Arte Moderno “Fernand Léger y la vida moderna”, retrospectiva del francés que incide en la traslación a su arte del dinamismo y el progreso del París de comienzos del siglo XX y también en el compromiso político que le llevó a defender con ahínco que la creación debía tener una función social y dirigirse a todos los públicos.

La muestra reúne pinturas abstractas y figurativas, dibujos, diseños gráficos, un fotomural a gran escala llegado de Madrid, vídeos, libros y piezas textiles; en la mayoría de estos trabajos, dejó Léger trazas de su formación primera como arquitecto. Testigo de la energía urbana de la capital gala antes de la I Guerra Mundial y del incipiente protagonismo de la fotografía y las nuevas formas de comunicación visual, su estilo también quedó influenciado por la publicidad callejera: como los carteles y letreros de neón que veía en las calles, sus pinturas supusieron audaces, gráficas y coloridas declaraciones sobre el bullicio y el ritmo de las grandes ciudades contemporáneas.

Fernand Léger. Étude pour "Les Constructeurs"; l'equipe au repos, 1950 _ National Galleries of Scotland © Fernand Léger, VEGAP, Valencia, 2019
Fernand Léger. Étude pour Les Constructeurs; l’equipe au repos, 1950. National Galleries of Scotland © Fernand Léger, VEGAP, Valencia, 2019

De los inicios de la trayectoria de Léger se exhiben en Valencia, entre otras piezas, El disco y El remolcador, en las que los elementos básicos de la pintura abstracta (línea, forma y color) se utilizan para simbolizar, sin mayores aderezos, la modernidad industrial. El cine fue otra fuente fundamental de inspiración para este autor, de ahí que llevara sus experimentaciones creativas el medio en Le Ballet Mécanique (1924), en colaboración con Dudley Murphy (director de la pieza), Man Ray y el músico George Antheil.

Nacido en una familia de agricultores y ganaderos, mantuvo el convencimiento de que el arte debía ser accesible y fuente de disfrute para todos y no solo para una élite social privilegiada, y lo entendió no únicamente como un objeto de ocio, también como un medio para elevar la calidad de vida del trabajador. Consciente de que era posible y necesario encontrar belleza en los entornos cotidianos, buscó representar el universo del trabajo, prestando atención a labores más duras, pero también a quienes participaban de actividades de placer bajo radiantes cielos azules. El arte clásico, sobre todo la escultura, fue su fuente de referencia a la hora de dotar a sus figuras de un potente sentido de monumentalidad y dignidad, lo veremos en Valencia en Ocio: Homenaje a Louis David (1948-1949) y en su estudio para Los constructores de 1950, y la tendencia de Cézanne a la geometría (también la impronta de Picasso y Braque) tuvo mucho que ver con su querencia por conos y cilindros: resultó decisiva su visita a la gran muestra dedicada al considerado antecesor del cubismo en 1907.

Las tendencias políticas de Léger enlazaron su producción con los discursos ideológicos que le fueron contemporáneos y no quedaron en absoluto ajenas a su trabajo: había humanismo tras sus formas tubulares, y sus fotomurales a gran escala, con el mismo estilo abstracto y gráfico presente en muchas de sus pinturas, se alinearon en ocasiones con ideales socialistas en un contexto de depresión económica y de auge de los totalitarismos en Europa: promovían las bondades de la vida rural de la que el autor procedía e instaban a las naciones a trabajar colectivamente para forjar un futuro mejor y no excluyente. Lo apreciamos en Felicidad esencial, placeres nuevos, mural que realizó junto a la arquitecta y diseñadora Charlotte Perriand y que cuenta con un lugar esencial en esta antología, como lo tuvo en el Pabellón de Agricultura de la Exposición Universal de París de 1937. En él dio cuenta de su fe en el esfuerzo colectivo a la hora de prosperar.

Entre los prestadores de los trabajos con los que cuenta la muestra figuran el Centre Pompidou de París, el Victoria & Albert de Londres, el Musée des Beaux Arts de Lyon, el Reina Sofía, la Fondation Beyeler de Basilea y el Moderna Museet de Estocolmo. Veremos las obras articuladas en cuatro secciones, dedicadas a la presencia en su obra de la experiencia de la vida moderna, la naturaleza muerta y los paisajes modernos, a la Exposición Internacional de Arte y Tecnología del 37 y, por último, a la poesía presente en nuestros objetos habituales.

Fernand Léger y Charlotte Perriand. Joies essentielles, plaisirs nouveaux. Pavillon de l'Agriculture, Paris, Exposition Internationale, 1937. Museo Reina Sofía
Fernand Léger y Charlotte Perriand. Joies essentielles, plaisirs nouveaux. Pavillon de l’Agriculture, Paris, Exposition Internationale, 1937. Museo Reina Sofía

 

 

“Fernand Léger y la vida moderna”

IVAM. INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO

c/ Guillem de Castro, 118

Valencia

Del 3 de mayo al 15 de septiembre de 2019

 

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